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Mujeres ganan espacio en la industria del cine del horror
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Mujeres ganan espacio en la industria del cine del horror

En la primera versión del Santiago Horror Film Festival, mujeres de la industria se reunieron a debatir sobre los estereotipos de género en el cine de terror en Chile.

Por Catalina Arenas vía Mujeres en el Medio_ Imagen de portada film Gritos del Bosque de Jorge Olguin

11 de Octubre de 2018

El conversatorio “Mujeres y cine de género” reunió a las directoras Florencia Dupont y Andrea Ozuljevich, a la actriz Carolina Arredondo y a la maquilladora Isabella Marchesse. Todas, hablaron sobre cómo el “levantamiento” #MeToo permitirá sacar los sesgos de género de la producción cinematográfica de horror.

La monja diabólica, la psíquica o la joven poseída, esos son algunos de los personajes que protagonizaron mujeres, al menos, en los títulos de terror que se exhibieron en las carteleras del país este año. En la primera versión del Santiago Horror Film Festival, que se desarrolló en Espacio Diana el fin de semana pasado, se presentaron largometrajes de terror y fantasía con sus directores, actores e integrantes de los equipos realizadores, quienes hablaron de sus experiencias de rodaje. Una convocatoria que le brindó una vitrina al cine de género chileno, inmiscuido con el latinoamericano.

También se realizaron en el evento, workshops y conversatorios que trataron temas como la identidad y la presencia de las mujeres en el cine de horror. Para conversar de este último tópico, el sábado 6 de octubre, se reunieron directoras, actrices y maquilladora de efectos especiales, en el panel que moderó el director de Gritos del Bosque (2014), Jorge Olguín.

 

Dupont sugiere que “aparezcan en la trama personajes más reales y particulares, no más la rubia tonta que siempre se equivoca o la mujer que tiene sexo, que es la que primero muere”

 

Superación de los estereotipos: no más rubias tontas

A menudo nos encontramos con distintos personajes genéricos que cumplen un papel dentro de la historia y que generan la acción de fantasía o el terror. La intérprete de “Ana” en la película Gritos del Bosque, Carolina Arredondo, lo explica precisando que en este tipo de películas “el protagonismo tiende hacia a la mujer, en un papel específico, que es el de la víctima que va padeciendo el horror”.

Sin embargo, desde la realización cinematográfica hay directoras que creen que “las mujeres sí tenemos las herramientas para crear personajes femeninos desde una perspectiva más desestereotipada y distinta a lo que estamos acostumbradas de ver”, así lo destaca la directora argentina de la cinta Ghosts (2011), Florencia Dupont.

El trabajo y la dedicación creativa sin duda no es fácil de concretar. Florencia Dupont, también productora de Víctor  (2017), da cuenta de ello al comentar el desafío que enfrentan directoras, productoras y actrices, por ejemplo, con el vestuario: “Tenemos que aclarar que la ropa que usan las mujeres en escena no sea gratuita ni por decisiones estúpidas”. La actriz protagónica de Gritos del Bosque repara en ese punto durante el conversatorio “Mujeres en el cine de género” y advierte sobre lo incómodo que resulta cuando se muestra, sin razón aparente, más de lo que ya muestra su silueta en cámara.

Para superar este tipo de situaciones, Dupont sugiere que “aparezcan en la trama personajes más reales y particulares, no más la rubia tonta que siempre se equivoca o la mujer que tiene sexo, que es la que primero muere”. Frente a esa situación la directora cree que hay esfuerzos que ya se están haciendo. Una afirmación que Carolina Arredondo también refuerza al decir que “las mujeres cumplen un papel dentro del cine fantástico súper estereotipado, pero creo que cada vez eso se está desmintificando más”.

El peligro femenino en el cine de género

La directora y guionista, Andrea Ozuljevich, explica cómo la personalidad de una mujer influye a la hora de abrir espacios consagrados para la visión masculina del cine de terror, más allá de las malas anécdotas y chistes misóginos. “Cuando tú manera de ser es muy amable o simpática en este medio, es peligroso, porque la gente de repente no entiende y es un poco desagradable; una mujer constantemente tiene que poner los límites”. Agrega que esa actitud frente al equipo profesional “te hace adquirir una personalidad como de mujer amargada o pesada, pero es una fórmula para desenvolverse en este medio y no caer en malentendidos y poder, finalmente, dedicarse al trabajo”.

Florencia Dupont valora que “con este cambio de paradigma que ha ocurrido, en general, en cuanto a la visión de las mujeres, se hace necesario tener estas miradas femeninas, sobre todo en un género que ha sido más de los hombres (…) me gusta ver cómo las mujeres también pueden contar historias de suspenso, terror o fantásticas”.

 

“…se nota que son hombres los que están detrás escribiendo porque siguen teniendo esa perspectiva masculina de cómo nos ven ellos a nosotras“.

 

Con todo, queda un trecho que recorrer y eso advierte la directora de Ghosts haciendo un llamado de atención. “A partir de esta ‘moda’ que se formó respecto al tema de la mujer, hay muchos directores -hombres- presentando proyectos con historias de mujeres, pero sin ninguna mujer guionista desarrollando la historia de esa mujer como para tener ese punto de vista”. A esto especifica que “en la forma en que desarrollan las características de estas mujeres, se nota que son hombres los que están detrás escribiendo porque siguen teniendo esa perspectiva masculina de cómo nos ven ellos a nosotras”.

Entre los asistentes al evento Santiago Horror Film Festival, estuvo el docente y crítico del arte, Jaime Coloma, quien compartió una reflexión respecto a la posición que han tenido las mujeres en el campo cinematográfico, un proceso social que -según sus palabras- “se ha ido consolidado poco a poco”. Coloma opina que, por un lado “desde el discurso heteronormado se están abriendo las cabezas e instalando una crítica aguda sobre este tema. Y, por otro, la mirada femenina se ha alzado de manera muy clara e inteligente, en especial, en los medios creativos”.

Un fenómeno que podría traer más resultados como la inclusión de un próximo galardón a la mejor directora en los premios Oscar, certamen que solo ha nominado a cinco mujeres realizadoras, entre las cuales están la italiana Lina Wertmüller (1976), Jane Campion (1993), Sofia Coppola (2004), Kathryn Bigelow (2009) y Greta Gerwig (2018). Y de ellas, sólo una ganó el premio en 90 años de historia del reconocimiento más relevante del séptimo arte.

 

Recursos para el terror, no todo es defendible

En el cine de terror también se representan situaciones morbosas con personajes femeninos involucrados, como aquellas vampiresas lesbianas en la película Lesbian Vampire Killers. “Para mí el lesbianismo, porque soy lesbiana, no debería ser un tema para nadie, pero lamentablemente lo es. Por eso que hay que tener cuidado en cómo narrarlo en tus historias, hay que tratar de darle un punto de vista propio desde la naturalidad”, sostiene la directora de Error 113 (2018), Andrea Ozuljevich.

Es cierto que en Chile el lesbianismo en el cine de género no es común, pero en general lo es cuando más largometrajes se han abierto a incluir la diversidad sexual. En ese sentido se percibe una especial representación que constituye una connotación social negativa de la homosexualidad. Desde esa perspectiva, “el lesbianismo es como un doble objeto sexual y se presta para el placer masculino que hay que eliminar del inconsciente colectivo porque el lesbianismo no está hecho para los hombres y hay que darle el respeto que se merece”, sentencia Andrea Ozuljevich, creadora de filmes de ciencia ficción.

Por otro lado, está el desarrollo gráfico de temáticas como la violencia sexual que en la película chilena Trauma del director Lucio A. Rojas (2017) se abordó desde la pedofilia hasta situaciones más extremas de violencia. “Personalmente, cuando yo leí el guión, tuve dudas de si querer o no hacer los efectos especiales de esa película porque necesitábamos un bebé y, finalmente, para que no fuera tan crudo, hicimos unas manos de guagüita para mostrar que ahí había un abuso”, relata la maquilladora de efectos especiales, Isabella Marchesse.

Ella también comenta que el principal motivo por el que se integran estas problemáticas “es para crear conciencia en la audiencia sobre el abuso sexual infantil”. No obstante, para Marchesse no es completamente defendible el uso del abuso sexual como un recurso para el cine de terror: “creo que si no tiene una historia de trasfondo no se tiene ninguna justificación utilizarlo”.

 

A un año del levantamiento #MeToo

La también cofundadora de la productora DayDreamers Chile, Andrea Ozuljevich, percibe que es un momento “en que nos estamos apañando entre todas las mujeres porque, en el fondo, todas hemos vivido situaciones desagradables de acoso y maltrato de género”.

La directora ha contado en diversas entrevistas algunas situaciones machistas que ha vivido, como cuando un productor de televisión le aconsejó que “un secreto que te llevará al éxito es que mientras más sudoroso sea el beso que le des cerca de la oreja a un hombre, mejor te irá”. En consideración a este y otros relatos violentos, ella asegura que “con esta denuncia colectiva que estamos haciendo se armó una sororidad con el objetivo de defendernos y apoyarnos entre nosotras, que nos ha dado la fuerza para crecer en esta industria”.

Catalina Arenas es estudiante de Periodismo UDP y colabora en Mujeres en el Medio. Este artículo fue publicado originalmente en este sitio web.

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