Nova se asustó. Se llevó la mano al cuello y corrió al baño a mirarse. Solo tenía una marca roja, un moretón, pues el balín no le llegó a perforar la piel. Lo más probable es que haya rebotado antes de impactarlo.
“Seguíamos en el balcón del living mirando, y llega el Pablo diciendo que le había llegado un perdigonazo en el cuello. Yo le pregunté si estaba bien. Nos mostró el cuello donde tenía una marca roja. Luego de eso nos quedamos hablando sobre el actuar de los pacos”, recuerda Simón.
Nova no presentó una querella, pues sintió que no valía la pena. Tampoco fue al médico. La experiencia quedó como una anécdota. La publicó en Facebook ese mismo día, donde puso las imágenes del balín y la lesión.
El básquetbol como puerta de entrada a la universidad
Entre los años 2003 y 2005, en el Liceo Lorenzo Arenas Olivo, hubo algo que marcó a Nova y lo salvó: el básquetbol. Entre 15 y 16 años conoció a Daniel Suazo, un peruano que venía de Estados Unidos. Él le mostró el deporte y el estilo hip-hopero y a Nova le gustó.
En segundo medio se unió al equipo de su liceo, donde conoció a Jorge Sanhueza, de 46 años, su entrenador, y quien se transformó en su pilar. Él le dio consejos sobre chicas y le enseñó madurez.
“El profe me decía ‘toma, aquí están las llaves del gimnasio, de aquí en adelante, tú abres el gimnasio, si no estoy yo, tú eres el responsable de entrenar a los chiquillos’. Entonces esa fue mi primera etapa de crecimiento. De decir, yo ya soy grande”, recuerda Pablo Nova, sobre su relación con Jorge Sanhueza y su equipo.
“Luego de un año jugando me volví capitán. Esa fue mi primera responsabilidad. Mi hermano llamó al profe Rafael Oyarzún, el entrenador de la Universidad del Bío Bío, y le habló de mí. Me vio jugar y quedé. Jugué tercero y cuarto medio y luego pasé altiro a la universidad como deportista destacado”, relata Nova.
La beca “Entrada para deportistas destacados” le permitió estudiar. Con ella tenía un 30% de descuentos en alimentos y el 20% del arancel lo cubría el fondo solidario. Nova terminó el colegio con las mejores notas de las tres generaciones.
“Gracias a los que marchan por mi futuro”
A los 23 años, Nova conoció a Tania Araneda, con quien tuvo una relación de seis años. Un año después, nació su hija Fernanda. Hoy, Nova y Tania están separados.
Nova participó de la movilización estudiantil del 2006 en primera línea, al ingresar a la universidad. Tenía 19 años. Lanzó piedras e hizo barricadas para defender a la gente. Hoy, él participa como observador de las manifestaciones y lleva a su hija para enseñarle de la vida.
“Me da impotencia. No es normal trabajar 45 horas, viajar 3 horas, y que te paguen un sueldo de 300 mil pesos, cuando el arriendo vale justamente eso. No es de flojo, podría trabajar más, 90 horas a la semana, pero ¿eso es normal? No es normal”, critica Pablo Nova sobre cómo es la situación para muchas personas del país. Él piensa que esa es la razón por la cual se produjo el estallido social.
Por esto y por su historia personal, a Nova le importa que su hija Fernanda conozca de alguna forma esta realidad.
El lunes 21 de octubre, salió de su casa en Concepción, en San Pedro de la Paz, acompañado de su hija y su pareja. A las cinco de la tarde, la familia se dirigió a la Plaza de la Independencia, ubicada en la calle O’Higgins con Aníbal Pinto, para participar en una manifestación. Ni Pablo Nova ni su pareja trabajaban esa semana, ya que, a raíz de la crisis les habían dado la semana libre. A Fernanda, por su lado, le habían cancelado las clases.
“Más allá de motivarla o enseñarle sobre cómo se manifiesta la gente, quería transmitirle a mi hija la realidad que, tal vez, ella no va a vivir”, cuenta Nova sobre por qué decidió llevar a su hija a una manifestación.
El ingeniero tiene muy presente su pasado y aunque actualmente tiene un buen trabajo y dinero para cuidar de su familia, no olvida las dificultades que tuvo que vivir. “Lo que yo tiendo a hacer con mi hija es intentar enseñarle de empatía con las demás personas”, explica. Su pareja, Martina, al ser profesora de colegios vulnerables, lo apoya completamente.
Fueron las diversas charlas cotidianas en la casa las que llevaron a su hija a hacer un letrero en apoyo a los manifestantes.
–Papá, ¿puedes acompañarme a leer mi letrero al escenario? –le preguntó Fernanda a Pablo Nova, ya en el parque.
–No, prefiero mirarte desde aquí –le respondió él, pues no le gustaba la idea de exponerse en el escenario. Fernanda, en todo caso, fue igual, acompañada por Martina Pérez.
Pablo Nova grabó en video a su hija entrando al escenario y leyendo en voz alta frente al micrófono el mensaje escrito en su cartel: “Gracias a los que marchan por mi futuro”, mientras, levantaba el letrero y era ovacionada por los asistentes.
Este perfil fue realizado por Javiera García en el marco del curso «Crónicas y Perfiles» dictado por la profesora Andrea Insunza durante el segundo semestre de 2019.