La premiada periodista analiza su polémica salida de la estación televisiva y las implicancias que su caso representa en el periodismo local.
Por Javiera Larrondo y Nicole Calfiqueo
17 de Mayo de 2023
Paulina De Allende-Salazar tiene una larga trayectoria dentro del periodismo de investigación. Ganadora del Premio Lenka Franulic en 2019, sus reportajes en los programas Informe Especial y Esto no Tiene Nombre de TVN, la instalaron como una de las figuras más destacadas de la televisión local. Investigaciones que marcaron agenda, como cuando puso en pantalla el caso del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, expulsado del sacerdocio por el Papa Francisco luego de una serie de denuncias por abuso sexual y de poder. Similar impacto tuvieron las investigaciones sobre supuestos sobresueldos en Carabineros, la Policía de Investigaciones y el Ejército de Chile, o cuando tuvo acceso en exclusiva a la Coordinadora Arauco Malleco.
Distintas experiencias que traspasó a un numeroso grupo de estudiantes de Periodismo UDP, con quienes participó de un diálogo abierto en el auditorio de la Facultad de Comunicación y Letras. Ahí también entregó detalles de su comentado impasse con el general de Carabineros, Alex Chaván, quien, en un punto de prensa, se negó a responder las preguntas de los demás periodistas si es que la profesional se encontraba presente. Todo esto luego de que De Allende-Salazar se refiriera como “paco” al fallecido cabo de Carabineros Daniel Palma. La polémica le costó su trabajo en el canal de televisión Mega y alrededor de 2 mil 300 denuncias en el Consejo Nacional de Televisión (CNTV), las que terminaron siendo desestimadas.
“Lo primero que tengo que decir es que es doloroso por el minuto en que nace, que es la muerte del carabinero Daniel Palma. Luego es doloroso para mí porque jamás tuve la intención de generarle dolor a nadie”, comentó en abril en entrevista con la revista Sábado de El Mercurio.
En conversación con Vergara 240, De Allende-Salazar revivió algunas de las sensaciones y momentos de las últimas semanas, analizando también el veto a la prensa y sus peligros.
Es que fue muy rápido. La verdad que ni siquiera yo entendía muy bien el contexto. Yo escuché mi nombre (de parte del general Chaván), no entendí bien lo que estaba ocurriendo. Entonces, claro, en ese minuto uno no sopesa bien lo que está pasando. Ahora, posterior a eso, sí he podido tener un respaldo extraordinario. O sea, más de cinco mil periodistas de Chile han firmado una carta de apoyo, varios premios nacionales, cartas al director. Ha sido un impulso, diría yo, a la reflexión. Yo creo que de un mal momento hemos podido, como periodistas resilientes que somos, sacar buenos elementos.
Entiendo que sí, que hubo harta discusión interna. Yo rápidamente salí de ahí, pero sí. Y me hicieron despedida y en la despedida se conversó también. Entre los periodistas es muy sano que se cuestionen porque van a seguir en el ejercicio, entonces tienen que plantearse dudas.
No. Yo he estado sin teléfono. He estado hackeada todo este tiempo. Absolutamente apartada del mundo, pero creo que ese día se dijo lo principal. De todos modos, habían mensajes de algunos personajes del canal antes de que yo perdiera el acceso a mi celular.
No, yo no me atrevería a generalizar. Pero en este caso en particular, efectivamente me parece que es una señal, por lo acelerado, por lo irreflexivo. Es una señal donde tal vez no se sopesó el tener la versión del empleado (en este caso, yo). En tener en contexto el compañerismo, la cantidad de trabajo realizado durante el tiempo. Claro, me parece que es una mala señal para los trabajadores de la prensa estas resoluciones tan irreflexivas.
Pauilina De Allende Salazar, junto a Javiera Larrondo y Nicole Calfiqueo.
Creo que originalmente no lo entendieron. Y después, cuando se ha ido dando la discusión, la reflexión; se ha entendido más. No creo que todo el mundo lo comprenda. Cuando uno ha dado por seguro que hay libertad de prensa, es como que la va a tener siempre, pero hay que cuidarla porque se puede perder. Pero yo siento que esta discusión ha sido positiva, sucedieron cosas que la gente no veía que podían pasar.
No, yo creo que hace falta más. Creo que lo necesitamos (…). Hay que adaptar los formatos a las necesidades y a las maneras como hoy día la gente absorbe la información. Pero me parece que el periodismo de investigación es fundamental para el ejercicio de la democracia.
Es caro. Levantar información, cruzar datos. No es una fábrica de salchichas. Es más lento, se requiere más expertise, más formación en datos, perseverancia. Se requiere mucho rigor, pero es fundamental.
Creo que el periodismo, los periodistas, nos tenemos que unir. Aunque tengamos distintas miradas del mundo, eso no es lo relevante. Lo importante es que tenemos que generar un fortalecimiento tal que deje en claro que el ejercicio libre de la prensa es tan importante como el funcionamiento de otras instituciones del Estado. No podemos estar aislados. Yo creo que llegó el momento de conversar entre nosotros, de fortalecernos para aportar mejor, de estar menos disgregados.
Con calma y con tiza. Hay que seguir comunicando aunque no sea popular. Hay que seguir entregando los datos. Hay que hacer el mensaje más atractivo y más eficiente aún. En tiempos de mucha crispación, es importante que alguien traiga la información, alguien tiene que invitar a la reflexión con información veraz, oportuna. Ese es nuestro rol.
Por Nicole Calfiqueo y Benjamín Puentes / Fotos y redes: Francisco González
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