Es 1991 y Eugenio Berríos es requerido por justicia para declarar en el caso del asesinato de Orlando Letelier. El químico, que conoce varios de los secretos de la DINA, no aparece: poco antes es sacado del país por agentes del Ejército. La policía lo busca intensamente. Entre medio, una carta falsa hace creer que está en Italia y en buenas condiciones.