Enrique Videla cuenta detalles de la nueva serie que revela la oscura historia de Colonia Dignidad.
Por Cristián Roa
13 de Noviembre de 2020
El viernes 13 de noviembre se estrenó en la plataforma de Amazon Prime Video la nueva serie Dignidad, dirigida por Julio Jorquera y producida por Invercine & Wood junto a la productora alemana Story House Pictures. La historia, que será contada en 8 capítulos, gira en torno a las investigaciones que se develaron en los años 90, cuando salieron a luz las aberrantes prácticas en Colonia Dignidad liderada por Paul Schäfer.
Según informó Cinema Chile, la serie es la primera producción nacional en ser seleccionada para los premios Cannes 2020, por su atractiva propuesta de construir una trama de ficción basada en hechos reales. En la construcción de la historia para la serie participó Enrique Videla, guionista que cuenta con una amplia experiencia en series como Prófugos, El Reemplazante y La Jauría, además de los largometrajes Nadie sabe que estoy aquí de Gaspar Antillo, premiado en el festival de Tribeca 2020 y Matar a Pinochet de Juan Sabatini que se estrena online este mismo fin de semana. Enrique nos cuenta sobre el proceso que significó escribir Dignidad: buscaron un refugio, encontraron un infierno.
Siendo una persona de la Octava Región, no tan lejos de Parral donde transcurre la historia, para mí siempre fue como una especie de sombra persistente mientras crecía la idea de Colonia Dignidad. Porque el restaurant de Colonia Dignidad, si uno viajaba a Chillán era un lugar en que uno pasaba a comer, entonces no siempre uno tenía la noción de que pasaban cosas tan horrendas en ese lugar. Desde una perspectiva de niño, los antecedentes estaban, lo que pasa es que hubo como una poderosa campaña de encubrimiento y alianzas política alrededor de Colonia Dignidad que de alguna manera fueron tapando ese tema.
Siempre tuvo un aire siniestro, no te voy a mentir. Eso como que siempre generó cierta fascinación, porque ellos eran colonos, prácticamente el objetivo era instalar un pedazo de Alemania en Chile. Pero no es una Alemania que exista, es una Alemania idealizada, era como una visión media entre cuentos de hadas, como de schopería caracterizada, como un Oktoberfest perpetuo que nunca ha existido. Lo que fue difícil de ir asimilando con el tiempo era el nivel y profundidad de esa pesadilla. Yo nunca en la vida había estado en un lugar con una carga tan oscura como Colonia Dignidad.
No puedes creer que en Colonia Dignidad se hiciera un tour para agentes de inteligencias extranjeros para enseñarles cómo se torturaba mejor.
Fue un desafío interesante, porque por mucho tiempo Dignidad también fue un tabú. Yo me acuerdo haber presentado un proyecto, donde tratamos algunas tramas que de alguna manera se conectaban con Dignidad, y al principio había como esa sensación persistente de una mano negra alrededor de las cosas. Y te lo digo, mucho después de que se detuviera a Paul Schäfer, seguía la idea de que Colonia Dignidad es un tabú, que no se puede tocar ese tema en Chile. Porque claro, te confronta de una manera muy directa con un horror muy profundo, con lazos muy fuertes con gente que todavía está en el poder.
De entrada sabíamos que no iba a ser un proyecto fácil de abordar, que iba a requerir harta investigación y como ejercicio emocional es un poco extenuante también. No es fácil abordar temas tan brutales, meterse tan de lleno en las operaciones internas de Colonia Dignidad.
IMÁGENES DE "DIGNIDAD"
Es una serie bien particular en varios aspectos. Porque en cierta medida es un drama familiar, es un thriller político, es una reconstrucción de memoria como ejercicio, ir al pasado de Chile, pero también es una serie policial. Nuestra búsqueda fue en ese sentido, poder meternos en esta cosa tan dura del pasado, pero también generar una serie en donde la gente igual se enganche con el conflicto de los personajes.
Primero que nada hay que entender la serie como una ficción inspirada en hechos reales. Lo que significa que el protagonista es ficticio y el conflicto que viene con él es ficticio también. Pero no porque sea un personaje de ficción, significa que los conflictos que atraviesa no reflejan situaciones que ocurrieron en Colonia Dignidad, situaciones que yo creo que están menos integradas en el imaginario chileno. Porque si yo le pregunto a las personas “¿qué es lo que saben de Colonia Dignidad?”, probablemente lo primero que me van a decir es lo de Paul Schäfer y los casos de pedofilia. Pero los secuestros en los hospitales, las torturas que duraban años y décadas para los pacientes que estaban en esos hospitales, la complicidad con los servicios de inteligencia y los espacios de tortura en ese lugar, el sometimiento religioso, el abuso a las mujeres que ocurrían en Colonia Dignidad, son un montón de aspectos Nosotros usamos la ficción para poder dilucidar de una manera más efectiva la realidad, porque de todas las atrocidades que nosotros mostramos en la serie, créeme que no inventamos. No hay exageraciones en ese sentido.
Mantener viva la memoria es lo mismo que pelear contra la impunidad, porque la impunidad existe porque hay olvido.
Fuimos a Colonia Dignidad, para empezar, físicamente. Fue un proceso extenuante, no fue agradable, pero es parte de la vida. Fue chocante, estar en el lugar, ver esa vegetación exuberante que tiene Colonia Dignidad que solamente refuerza esa idea que es como un espacio que está suspendido en el tiempo, como un espacio de horror. En términos teóricos es el horror como cuando algo que no pertenece al mundo está en el mundo. Eso es como el principio básico del horror y Colonia Dignidad tiene ese aspecto de que tú lo ves e inmediatamente resalta como una bestia, que uno siente que está en una realidad paralela, como que no es algo que uno sienta que pertenece al mundo. Yo he trabajado en series de temáticas duras, pero nada como Colonia Dignidad (…) cuando uno hace la investigación y empiezas a pillar datos y datos no lo puedes creer. No puedes creer que en Colonia Dignidad se hiciera un tour para agentes de inteligencias extranjeros para enseñarles cómo se torturaba mejor.
IMÁGENES DE "DIGNIDAD"
Una de las fortalezas que tiene la ficción en Chile, tiene que ver con la manera en que reconstruye la memoria. La inmensa mayoría de los artistas en Chile tienen súper claro que tiene un rol que va más allá de la diletancia artística, que hay un ejercicio que es político y ético de preservar la memoria histórica. Eso es así, es como de las pocas cosas para lo que el arte realmente sirve a una sociedad de manera incontrarrestable. Porque los fallos judiciales están, no son de acceso público, los medios van a tender como a ocultar esto o suavizarlo o simplemente no tocarlo porque incomoda. Entonces finalmente es mantener viva la memoria y mantener viva la memoria es lo mismo que pelear contra la impunidad, porque la impunidad existe porque hay olvido.
Hay límites diferentes, claro. Pero sí, es saludable para la producción de la ficción chilena no operar siempre con los mismos interlocutores. No es sostenible que al final sea solamente, para toda producción nacional y para todo tipo de historias que pasen siempre, literalmente los proyectos que se aprueban y los que no, esas decisiones las tomen las mismas personas y eso a la larga no es saludable para ninguna industria. En ese sentido, sí, hubiera sido difícil si hubiera sido cien por ciento para un canal de televisión abierta, habría sido más complejo tocar algunos de los temas que tenemos instalados en la serie.
Si yo pudiera decirte como una gran diferencia en términos más profundos, yo creo que en televisión abierta había un temor muy profundo a hacer productos que no fueran transversales. Entonces uno siempre presentaba proyectos en los canales y te decían que “no, eso es de nicho”. Y claro uno entra a debatir “que sea de nicho no es necesariamente algo malo”, porque por algo existe esa tipificación como producto, porque es deseable incluso que una serie de televisión la pueda ver una persona de 17 o 18 años y no la vea junto con los abuelos. Eso no tiene nada de malo, pero había un temor, un pavor profundo a salirse de ese grupo. Y la gran ventaja que te propone el streaming en ese sentido, es que en el streaming el nicho no es solamente algo a lo que no se le tiene miedo, sino que el nicho, de hecho, es algo deseable. En streaming lo que hacen de facto es permitir ideas más nuevas y más frescas que lleguen, generando contenidos atractivos, pero principalmente, y esto es lo más importante para mi, diverso, que es lo que no teníamos en televisión abierta.
Para mí es un gran atractivo cuando hay un tema tabú, que te dicen “en Chile nunca se va a tocar este tema abiertamente” y decir “por primera vez vamos a tocar este tema“. Por primera vez vamos a mostrar lo que ocurre al interior de ese lugar, que fue un secreto por décadas. Finalmente, poder correr esa cortina y meterse de lleno en este gran territorio secreto de nuestro país.
Por Claudia Saravia / Imagen destacada de Thomas Wolf vía Wikimedia
Por Javier González y Carolina Gainza, investigadores Laboratorio Cultura Digital / Imágenes Netflix