Varios actores señalaron que esta serie significa no dejar impune lo sucedido en Colonia Dignidad ¿Estás de acuerdo con ellos o tienes otra visión sobre el rol de Dignidad?
Una de las fortalezas que tiene la ficción en Chile, tiene que ver con la manera en que reconstruye la memoria. La inmensa mayoría de los artistas en Chile tienen súper claro que tiene un rol que va más allá de la diletancia artística, que hay un ejercicio que es político y ético de preservar la memoria histórica. Eso es así, es como de las pocas cosas para lo que el arte realmente sirve a una sociedad de manera incontrarrestable. Porque los fallos judiciales están, no son de acceso público, los medios van a tender como a ocultar esto o suavizarlo o simplemente no tocarlo porque incomoda. Entonces finalmente es mantener viva la memoria y mantener viva la memoria es lo mismo que pelear contra la impunidad, porque la impunidad existe porque hay olvido.
¿Cuál es el plus que recibe la serie al tener influencia internacional? ¿Habría sido diferente si esta producción estuviera pensada sólo para un público nacional?
Hay límites diferentes, claro. Pero sí, es saludable para la producción de la ficción chilena no operar siempre con los mismos interlocutores. No es sostenible que al final sea solamente, para toda producción nacional y para todo tipo de historias que pasen siempre, literalmente los proyectos que se aprueban y los que no, esas decisiones las tomen las mismas personas y eso a la larga no es saludable para ninguna industria. En ese sentido, sí, hubiera sido difícil si hubiera sido cien por ciento para un canal de televisión abierta, habría sido más complejo tocar algunos de los temas que tenemos instalados en la serie.
¿Existe alguna gran diferencia, como guionista, en construir una serie para estas plataformas online y no para la televisión abierta?
Si yo pudiera decirte como una gran diferencia en términos más profundos, yo creo que en televisión abierta había un temor muy profundo a hacer productos que no fueran transversales. Entonces uno siempre presentaba proyectos en los canales y te decían que “no, eso es de nicho”. Y claro uno entra a debatir “que sea de nicho no es necesariamente algo malo”, porque por algo existe esa tipificación como producto, porque es deseable incluso que una serie de televisión la pueda ver una persona de 17 o 18 años y no la vea junto con los abuelos. Eso no tiene nada de malo, pero había un temor, un pavor profundo a salirse de ese grupo. Y la gran ventaja que te propone el streaming en ese sentido, es que en el streaming el nicho no es solamente algo a lo que no se le tiene miedo, sino que el nicho, de hecho, es algo deseable. En streaming lo que hacen de facto es permitir ideas más nuevas y más frescas que lleguen, generando contenidos atractivos, pero principalmente, y esto es lo más importante para mi, diverso, que es lo que no teníamos en televisión abierta.
Para finalizar, ¿Cómo sería la invitación al público para ver esta serie?
Para mí es un gran atractivo cuando hay un tema tabú, que te dicen “en Chile nunca se va a tocar este tema abiertamente” y decir “por primera vez vamos a tocar este tema“. Por primera vez vamos a mostrar lo que ocurre al interior de ese lugar, que fue un secreto por décadas. Finalmente, poder correr esa cortina y meterse de lleno en este gran territorio secreto de nuestro país.