Carolina Román, entonces editora general del matinal de TVN, Buenos Días a Todos, recuerda que el 18 de octubre de 2019 partió como cualquier otro día. Aunque las evasiones masivas ya habían comenzado en distintas estaciones del Metro de Santiago, la pauta de los matinales no era muy distinta a la de semanas anteriores. Pero en pocas horas, todo cambió. Tras el inicio de la revuelta “hubo dos días que estuvimos sin salir al aire y volvimos primero con un programa híbrido, pero después nosotros le planteamos al director del canal que había que salir a hacer contingencia”, recuerda Román, regreso que sería el inicio de un giro crucial en el rol de estos espacios en la televisión local.
Pero volvamos a las jornadas previas al viernes 18 de octubre de 2019. Toda la semana había estado marcada por las evasiones organizadas por estudiantes secundarios y universitarios, en protesta por el incremento en la tarifa del tren subterráneo. Pablo Alvarado, productor ejecutivo de Mucho Gusto en aquel entonces, acordó junto a su equipo cubrir las evasiones durante la ventana de actualidad que mantenía el programa. “El tema de los secundarios se caracterizaba por poseer los elementos del bloque periodístico, ya que por una parte abarcaba lo que estaba pasando en la ciudad con el Metro y, a su vez, eran los hijos de nuestras televidentes. Pero no fue el foco principal de la semana”, cuenta.
Dado que el estallido se inició durante la tarde del día viernes, los departamentos de prensa de los distintos canales se tomaron la cobertura. Pero al llegar el lunes 21, los matinales no regresaron al aire. Según Alvarado, esta medida es común en los canales de televisión, debido a que las áreas de prensa están más preparadas para este tipo de coberturas. Además, el clima álgido de esos días motivó a que los programas decidieran prevenir situaciones de riesgo para sus periodistas. “Hubo varias amenazas de que se tomarían el canal (TVN) y tuvimos carabineros y policía militar vigilando para evitarlo. El lunes 21 la situación todavía estaba muy crítica, entonces se decidió no salir al aire”, agrega Carolina Román.
Recién el miércoles 23 de octubre, los canales normalizaron su parrilla programática y los programas matinales regresaron, con una pauta que buscaba hacerse cargo de lo ocurrido. “En Mucho Gusto fuimos tomando medidas, como sacar a todos los panelistas y dejar solo a los conductores, porque además teníamos una carga ideológica potente con Patricia Maldonado. En ese contexto era muy complejo ponerla en pantalla”, reconoce Alvarado, en una de las exclusiones más notorias de los días post estallido.
Durante los días que siguieron a la revuelta, el ambiente siguió tenso para los reporteros en terreno. “A una periodista la amenazaron con una pistola y el camarógrafo tuvo que bajar la cámara, además les apedrearon el vehículo. Nosotros escuchamos las amenazas y les ordenamos salir de ahí”, recuerda Román. La violencia en contra de los profesionales televisivos se extendió a representantes de los distintos canales.