Durante casi un mes, los ojos de los fans ponen prioridad a cada encuentro que enfrentan los países clasificados. 32 son las banderas que adornan los estadios y que representan a varias culturas de todos los continentes. Pero en Rusia hace falta una bandera durante todos los meses del año: La bandera de la comunidad LGBT+. Todavía más en junio, mes del mundial y del orgullo.
Rusia es uno de los 75 países que aún condenan lo que ellos denominan como “la propaganda homosexual”. Es decir, en Rusia es ilegal y trae consecuencias penales cualquier acto homosexual o de tipo “indebido y de carácter sexual”, siendo un país con una alta tasa de homofobia. Tanto para la legislación rusa y para sus pobladores, ver a dos personas del mismo sexo tomados de las manos es “intolerable”. Un peso negativo a la cultura rusa y que es validado por su actual presidente y más influyente líder político, Vladimir Putin.
A pesar de que Rusia fue pionero en legislar a favor de la homosexualidad en el 93´, Putin auspició en 2013 una serie de leyes que volvían a permitir la discriminación contra las personas que “promocionan la homosexualidad”. El actual presidente que es conocido por sus polémicas frases, además de su actitud machista, defiende esta ley porque según él es una medida que protege a los menores. “La lógica de esta ley es que los niños puedan crecer tranquilamente”, señala el actual presidente en entrevista dirigida por Oliver Stone.