La modernidad ha considerado los conceptos de vida y muerte como un Yin y Yang. Contrapartes opuestas, blanco y negro, sin matices. No siempre fue así. Antes del nacimiento de la razón (como ideología social y filosófica), las grandes culturas consideraban la muerte como parte de la vida. Una etapa que significa mucho más el fin de nuestra existencia terrenal. Era el ascenso hacia otra realidad, una situación celestial digna de celebración. Miles son los ritos ancestrales que conmemoraban el ocaso de la vida.
Tal como expresó el investigador español experto en ciencia de la información y la era de la información, Israel Márquez en “Muerte 2.0: pensar e imaginar la muerte en la era digital”, la modernidad acabó con esta visión y llevó el rito de la muerte lejos del mundo social. “El sujeto moderno no habla mucho de la muerte, y, cuando piensa en ello, lo abrevia o directamente no lo comunica”, explica Márquez.
La muerte se convierte en un tema tabú, en algo obsceno y molesto, de lo que nadie quiere oír hablar —Israel Márquez
La era digital ha significado un renacer para la muerte, aunque sea paradójico. Es la libertad de la plataforma web la que ha permitido que el valor social respecto a la muerte sea más visible que en décadas anteriores, sostiene Márquez. Trascender y morir hoy tiene un valor distinto.
“Las redes sociales plantean la existencia de una “vida virtual” que se extiende más allá de la vida real y que facilita la interacción con las imágenes, textos, vídeos de la persona fallecida”, explica la antropóloga de imagen, María Gutiérrez, en su trabajo «Inmortalidad medial». “A diferencia de épocas en las que el culto a los muertos requería de una sola imagen para recordar, la multiplicación de imágenes en la actualidad combate continuamente la relación con la muerte. Se puede vivir en imágenes, audio y vídeo más allá de la muerte en una especie de limbo virtual”, añade Gutiérrez.
A su vez, las redes sociales han permitido generar una nueva expresión sobre la muerte. Ya no se esconde el dolor, por el contrario, se comparte. “Irónicamente, esos mismos medios digitales a los que acusamos tanto de «robarnos» el vínculo con las personas, de evitarnos empatizar, hacen todo lo contrario en casos de duelo”, expresa la escritora y periodista Edna Montes en su columna “Se vale llorar”.
En momentos de Fake News, ataques, descalificaciones y violencia continua el duelo en un espacio tan público como las redes sociales nos recuerdan la importancia de humanizarnos —Edna Montes