Magdalena Rivera ha sido una de las profesionales que ha visto en primera persona como la sociedad chilena ha evolucionado. Desde 2010 imparte el curso “Problemáticas contemporáneas de la Sexualidad” en la Universidad Diego Portales, en el cual históricamente lo común era que los jóvenes tuvieran dudas respecto a la diversidad en la identidad sexual. Pero esto con el tiempo ha cambiado, y según cuenta la doctora, hoy las dudas van más hacia las maneras en que se pueden relacionar con los demás, y la respuesta podría estar fuera de la monogamia.
Magdalena Rivera, es médica sexóloga titulada de la Universidad de Santiago. Su área de investigación ha estado enfocada en la sexualidad humana, su psicología clínica y la educación sexual. Hoy pertenece a la Escuela Transdisciplinaria de la Sexualidad los que se definen como un «equipo transdisciplinario de profesionales activistas que trabajan por posicionar la sexualidad como esfera fundamental en la plenitud individual y colectiva de las personas».
¿Crees que con el tiempo las relaciones han ido evolucionando con respecto al cuestionamiento de la monogamia?
– Yo creo que sí, o sea, si bien antes igual en la práctica la gente sí cuestionaba la monogamia en el sentido de igual tener otras parejas, ahora las personas más jóvenes se la cuestionan mucho más, de hecho es un tema. Yo llevo años trabajando en temas de sexualidad y cada vez es más común. Como (que) hay más reportajes o nos llaman de universidades para hablar de eso, y esto no pasaba hace cinco o diez años. Claramente hay mucho más interés sobre todo en las personas jóvenes de menos de 30 años en general.
¿Por qué crees que se da este fenómeno dentro de la juventud?
– Yo creo que tiene que ver con los cambios sociales, por un lado influencia de la línea feminista, por otro es que los que ahora son jóvenes les tocó ver como el matrimonio monógamo de sus padres no siempre funcionó. En generaciones anteriores, quizá más de los abuelos, sí mantenían las parejas aunque no anduvieran bien, y después fue de generaciones que estuvieron en la monogamia sucesiva y ahora es más de cuestionarse la monogamia.
Aunque la verdad estos cuestionamientos… Yo creo que pueden haber cosas más antiguas, pero hasta donde yo he leído por lo menos hay textos de más de 100 años, anarquistas de principios del siglo pasado, o sea tampoco es algo tan nuevo.
«… hablar de naturaleza en las conductas humanas es raro porque siempre va a estar mediada por el contacto cultural. Y si lo vemos en la práctica, ¿cuánta gente realmente es fiel? ¿es monógama para toda la vida?», Magdalena Rivera.
Y si es un tema no tan nuevo, ¿Por qué crees que a la gente en la sociedad aún le impresiona?
– Yo creo que está muy reforzada la monogamia y por todos lados. Porque por un lado está reforzada por la religión, la iglesia católica y las otras iglesias y por otro lado está por todas las historias de los cuentos infantiles, (que) han cambiado recién ahora. Las películas de Disney, todas las más antiguas son muy monógamas, casi todas las teleseries, las películas, las canciones, todos tenemos como un andamiaje cultural y que refuerza mucho la monogamia entonces es algo que cuesta plantearse porque está por todos lados puesta esta idea de que vas a ser feliz cuando encuentres una pareja. El discurso monógamo es muy amplio.
En tu experiencia, ¿Cuáles son los aspectos a considerar para tener una relación no monógama?
– Yo creo que son cosas independientes a las relaciones monógamas. Primero, lo ideal es tratar de saber uno qué quiere, conocerse, reconocer las emociones y comunicarlas, ser sincero con el otro, con lo que se quiere y poder negociar, llegar a acuerdos, no suponer. Porque en general hay muchas cosas que se suponen y nunca se hablan porque suelen ser más estándar los vínculos monógamos, entonces si se va a hacer un vínculo distinto hay que definir que implica esto y conversarlo.