Una bomba de tiempo
¿Cuál ha sido el rol de la fiscalía judicial durante estos meses de pandemia?
-El que tenemos siempre: fiscalizar y exigir que los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad se respeten, que se adopten medidas e informar las condiciones que nos parecen que tienen que ser conocidas. Aparte de las otras funciones que tiene la fiscalía judicial: nosotros estamos destinados a vigilar el comportamiento funcionario y también la representación de la sociedad civil en el ámbito judicial.
Imagino que ahora la gestión de la pandemia en las cárceles es la parte más compleja de su función, ¿no?
-Sí, hemos corrido harto. Es un tema que es necesario hacer, es necesario mirar y preocuparse. Ha sido fantástico que el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) esté permanentemente mirando y hacen un trabajo buenísimo. El Colegio Médico ahora también ha asumido un rol y su opinión es muy importante respecto a cómo se enfocan los problemas al interior de las cárceles.
Si consideramos los indicadores que hoy maneja Gendarmería ¿se podría hablar de que se está conteniendo el virus dentro de las cárceles?
-Gendarmería tomó una serie de medidas especiales, que fueron indicadas por el Ministerio de Justicia y por la dirección general de Gendarmería, respecto al manejo de la pandemia dentro de los recintos carcelarios. Ninguna institución, ni particular ni del Estado, estaba preparada para enfrentar una pandemia y, por tanto, las condiciones que se cumplieron en Gendarmería fueron correctas. Ahora, si esas medidas fueron las más adecuadas para contener el virus, se evaluará más adelante. Cuando se inició esto, como fiscala judicial, entregué un informe y manifesté mi preocupación, porque dado el contexto de hacinamiento esto podría haber sido una bomba de tiempo.
No fue la catástrofe que se vaticinó en un principio.
-Es que todavía estamos en ese periodo. Se está trasladando gente y hay que preocuparse de las condiciones en que se trasladan. Eso ha creado muchos conflictos. Los traslados producen problemas no sólo desde la perspectiva sanitaria, también de desarraigo: si tú trasladas a personas desde Santiago a Puerto Montt, eso es un problema de desarraigo. Las condiciones sanitarias a veces no se han cumplido como se esperaba que se hiciera, pero eso son responsabilidades que habrá que ver más adelante.
Luego de que se reveló que 78 de los 99 internos que se trasladaron en junio desde Santiago 1 a la cárcel de Rancagua dieron positivo para Covid-19, el ministro de Justicia, Hernán Larraín, reconoció que en ese momento no se seguían protocolos sanitarios para los traslados. ¿Hubo negligencias en la implementación de esa política?
-Había que descomprimir las cárceles porque si no la infección podía dispararse y existen recintos carcelarios que tienen un menor número de internos, no están congestionados. Nadie quiere llevar personas contagiadas a un lugar que esté libre de contagio. Las medidas se adoptaron, pero no existía -y yo creo que todavía no existe- la cantidad de exámenes necesarios para saber si esas personas están o no con el virus. Entonces, eso fue un problema y que se está solucionando, pero no están las condiciones para decir que todas las personas que son trasladadas se les hace antes el examen y se espera el resultado del examen y después se trasladan.
¿Pero piensa que es una buena política? Pregunto porque hay organismos que han desalentado los traslados, como el Colegio Médico u organizaciones de DD.HH., que han criticado que esa medida llevaría el virus a cárceles donde no hay focos de contagio.
-Y están claritos. Si la intención nunca va a ser llevar contagiados donde no los haya, eso es lógico. El tema es evaluar los riesgos que se corren al tener las cárceles hacinadas y tratar de despejarlas por esta vía, posiblemente pueden existir otras. Pero te insisto, esto es algo que se está produciendo hoy y que se va a seguir produciendo hasta que terminemos con la pandemia. No es posible en este minuto hacer un análisis, sería demasiado pedante decir “me parece o no me parece”, no se trata de eso. Se trata de ver cómo esta situación la afrontamos de la mejor manera.