Los peligros en Chile
Tal como se muestra en la infografía, Chile se encuentra dentro del top 50 de los países con mayor índice de libertad de prensa del mundo. Sin embargo, ha escalado algunos puesto en lo que va durante el año. Casos como el espionaje contra el periodista del diario El Ciudadano, Matías Rojas, a quien se le vulneró su privacidad, han significado esta disminución en el índice.
Además del actual caso de Rojas y otros colegas, en Chile existe un episodio icónico de los riesgos del periodismo en democracia. Alejandra Matus, periodista, directora de investigación The Clinic y académica de la Escuela de Periodismo UDP, se enfrentó en 1999 con la justicia chilena tras la publicación de «El libro negro de la justicia chilena”, una investigación sobre cómo operaba el Poder Judicial chileno y que denuncia sus deficiencias. El libro fue confiscado y la autora fue acusada de desacato invocándose la Ley de Seguridad Interior del Estado, que prohibía la publicación de información clasificada de organismo estatales o de gobierno.
«En general, siempre ha sido peligroso el periodismo cuando choca con intereses de estructuras del poder, por las faltas de garantías democráticas. El periodismo investigando al poder siempre ha sido peligroso», Alejandra Matus.
Tras la publicación de su revelador libro, Matus debió autoexiliarse hasta que se firmará la Ley de Prensa que pudo protegerla al derogar el artículo 6 b) de la Ley de Seguridad Interior del Estado.
Según la profesional, la época más peligrosa para el periodismo fue durante los 17 años de dictadura militar de Augusto Pinochet. Actualmente, el mayor riesgo del periodismo es una paradoja para Matus. «Mucha democracia, pocos medios», explica la académica UDP, refiriéndose al control medial que genera límites al periodismo.
La proyección de Alejandra Matus respecto al futuro del ejercicio periodístico está relacionada con la negativa tendencia que marca Chile en el ranking de índice de libertad de prensa del RSF. «Esta precarización antes que mejorar tiene que empeorar, porque todavía no hemos llegado al fondo de esta situación y son las nuevas generaciones quienes tienen que buscar las respuestas para luchar contra eso», sentencia Matus.