Bernardo de la Maza: “Los noticieros actuales son aburridos”

Bernardo de la Maza, de impecable corbata verde, recibe a V240 en su departamento en Vitacura. Con 79 años, dice estar “felizmente jubilado” y comienza la conversación en su living, un amplio salón con tres prominentes sofás blancos junto a muebles con fotografías familiares y una gran planta en un rincón. Allí, mientras recuerda sus primeros años como periodista en Canal 13, en plena dictadura, el sol que entraba por los ventanales comienza a desaparecer tras los cerros.

Hoy, alejado de la televisión desde hace más de una década, mantiene activo un canal de YouTube donde comenta y analiza la contingencia nacional e internacional. Fue convencional del primer proceso constitucional, instancia en la que, a su juicio, “se impuso un grupo ultra que quiso refundar el país” y afirma que dos partidos políticos le han ofrecido postularse al Congreso.

Recientemente regresó a TVN —o “Canal 7”, como todavía le dice—, para participar en un reportaje por los 35 años de 24 Horas, el noticiario que reemplazó a 60 Minutos y que él condujo junto a Cecilia Serrano durante 14 años.

-Usted fue director de Prensa de TVN, el primero desde el retorno a la democracia. ¿Cómo recuerda ese periodo?

-Fascinante, agitado, exitoso. La dictadura entregó el canal completamente quebrado, sin plata para nada y con un montón de compromisos comerciales que eran inaceptables (…), y sin dinero para nada; era un canal quebrado y tremendamente desprestigiado.

“Nosotros hicimos una encuesta muy interesante que mostró que, a febrero de 1990, un mes antes de que asumiéramos, el rating era bajísimo. Canal 13 arrasaba, era lejos el medio más popular y creíble. Incluso, la gente partidaria de la dictadura se informaba por Canal 13. Entonces, fue tremendamente difícil”.

“Pero nos fue bien, al punto de que, poco después, Canal 7 empezó a ganar, a ser primero en rating y primero en ingresos. Y se autofinanciaba completamente. No recibía un peso del gobierno, desde luego”.

-¿Cuál fue la estrategia para recuperar el prestigio del canal

-Mostrar una absoluta independencia del gobierno y de los partidos políticos, mostrar el mayor grado posible de objetividad. Por ejemplo, a los pocos días de haber asumido, se descubrieron cadáveres enterrados en Pisagua. Nosotros mostramos los restos y, paralelamente, habíamos conseguido una película de la televisión alemana que mostraba a estos chicos desfilando como prisioneros. Fue un golpe brutal, porque eran cosas que no se publicaban en esa época.

“Entonces fuimos teniendo mucho éxito, porque, además, Canal 13 por suerte se quedó dormido. Nosotros establecimos un noticiario conducido por un hombre y una mujer. Le cambiamos el nombre, le cambiamos la música. Era activo, rápido, con un montón de periodistas jóvenes muy ágiles”.

¿Por qué nunca llamaron a Sergio Campos para conducir el 24 Horas?

-No sé si lo hayan considerado. Era un hombre principalmente de radio, no sé cómo lo hubiera hecho en televisión.

-¿Sufrió censura cuando trabajó en democracia en TVN?

-Nada, cero. Yo había trabajado en el canal cuando se fundó. Yo fui el primer periodista de Televisión Nacional, me parece que fue en junio del año 1969 (…). Asumió como director Jorge Navarrete, que defendió la independencia absoluta del canal, lo que cambió radicalmente una vez que llegó la Unidad Popular y ni hablar cuando asumieron los militares con la dictadura. Y luego, con la Concertación, jamás hubo una censura, nunca, jamás, lo cual nos dio una independencia enorme.

No sé si lo hayan considerado (a Sergio Campos para el 24 Horas). Era un hombre principalmente de radio, no sé cómo lo hubiera hecho en televisión

-¿Y por qué se produce su salida de TVN?

-Bueno, eso fue 15 años después. La directora de prensa (Gema Contreras) recibió la orden de cambiar el noticiario y me parece que esa orden fue de Pablo Piñera, que fue un director muy malo de Televisión Nacional, uno de los malos-malos que hubo fue él.

“Entonces me pidieron no seguir leyendo el noticiario. Y a Cecilia Serrano también. Y esta chica (Contreras) me ofreció quedarme de Gerente de Contenidos o algo así, pero no quise seguir”.

CRISIS TERMINAL

-¿Echa de menos estar en televisión?

-Yo nunca, jamás, fui un apasionado de aparecer en pantalla. La televisión me encanta como medio, hasta hoy me parece fascinante. Si bien estamos en un momento bastante complicado, salir de la televisión no me hizo daño en absoluto.

“De hecho, yo ya había renunciado. Durante la dictadura renuncié al Canal 7, porque yo pensaba, como muchos chilenos, que la dictadura iba a demorar dos o tres años. A medida que pasó el tiempo, me di cuenta de que iba a seguir; entonces, decidí irme a la calle, sin trabajo alguno. Y después, cuando salí de Televisión Nacional en democracia, no me importó nada. Y cuando salí de Mega, tampoco, nada”.

“Por lo tanto, no lo echo de menos. Sí echo de menos la buena televisión, esos momentos de gloria de la televisión”.

-Y a propósito, ¿cómo ve los noticieros actuales?

-Yo creo que los noticieros están viviendo un momento muy crítico. Están pasando por un pésimo momento que no sé cómo lo van a corregir o si va a seguir hasta siempre. Porque una parte muy importante y cada vez mayor del avisaje y de los contenidos publicitarios se fueron a Internet.

“Por lo tanto, los canales no se pueden mantener económicamente. Y como no hay ganancia y no hay dinero, no hay buen personal ni se pueden hacer buenas cosas“.

“Además, se está cometiendo un error gigantesco: dar noticiarios que duran una hora y media o más. Este es un país muy chico, donde prácticamente no pasa nada importante, salvo elecciones, un terremoto o una catástrofe. Pero aquí las noticias del día son el crimen de Maipú, el portonazo en Lo Espejo, el secuestro en La Florida, o el gol de Colo Colo. Entonces, ¿qué es lo que hacen para poder subsistir los noticiarios? Alargan, inventan noticias, entre comillas, y hacen noticia algo que no es noticia, porque hay que llegar a la hora y media. Es una locura“.

(Los noticieros) Están pasando por un pésimo momento que no sé cómo lo van a corregir o si va a seguir hasta siempre

“Los noticieros actuales son aburridos, son alargados como chicles, son inventados y no tienen buena calidad, porque no puedes hacer un noticiario de calidad con ese tipo de noticias. Creo que estamos pasando por un momento bien triste. Esa es la verdad”.

-¿Cómo ve la crisis por la que atraviesa TVN?

–Dicen que es terminal, yo espero que no lo sea. Creo que es bueno tener una televisión pública, como hay en Alemania, en Francia, en Italia, pero tiene que ser una televisión de muy buena calidad.

-¿Y lo es actualmente?

-Tiene que ser una televisión bien dirigida, con profesionales de gran calidad, que tengan buenas telenovelas, buenos noticiarios, con muy buenos periodistas, buen deporte, buenas noticias culturales, pero no aburridas.

“Había, en los primeros años de la televisión pública, en los años de la Concertación, muchos programas culturales buenos sobre cine, libros. Y se mantenía. Yo creo que una buena televisión podría existir perfectamente sin depender del Estado y, si dependiera del Estado, en una cantidad mínima”.

-¿Qué le pareció la renuncia de Francisco Vidal?

–Me parece bien y ojalá que nunca hubiera llegado, porque creo que no tiene idea de televisión y que no le hizo bien a TVN”.

-¿Y el nombramiento de Jaime Gazmuri como nuevo presidente del directorio?

–Tampoco me gusta, porque tampoco sabe nada de televisión. Son cargos políticos y creo que la televisión pública, con todo lo afectada que está, lo menos que hay que hacer es politizarla.

-¿Qué opinión tiene de los actuales conductores de noticiarios?

-Yo creo que hacen lo mejor dentro de todas las limitaciones. Veo a la Cony Santa María, Soledad Onetto, Iván Núñez… Juan Manuel Astorga también me gusta. Creo que es un buen equipo (…), que es buena gente, pasando por malos momentos y dificultades.

“Y hay buenos periodistas. Hay algunos que hacen milagros, haciendo grandes notas. Pero también creo que, por falta de dinero, porque ya los sueldos no son grandes, hay muchos periodistas que no están en la televisión debiendo estar, y muchos otros que sí están, no les da el ancho. No tienen la categoría como para una televisión, si quisiéramos una gran televisión”.

UNA MINI REVOLUCIÓN

–¿Quién cree que va a ser el próximo Presidente?

-Si las elecciones fueran ahora, de todas maneras saldría Kast, y creo que Jara no va a salir ni hoy ni mañana, espero.

-¿Cuál es su análisis del momento político que vive el país?

-A mí me gusta la política internacional mucho más que la chilena. Y, de hecho, encuentro que es infinitamente más importante y trascendental. Aclarado eso, creo que estamos en un momento complicado, con muchas hostilidades en el ambiente político. No sé si la palabra es hostilidad; es confrontación.

“Estamos viviendo los últimos días del síndrome del Pato Cojo; o sea, un gobierno que está haciendo agua, que ha sido un mal gobierno. Creo que hay un área del gobierno desunida, dividida en dos, con una derecha también dividida, con muchas hostilidades, con un sistema político que es un desastre. Y creo que lo que viene tampoco promete, salvo que haya cambios muy radicales que no sé quién pueda hacer”.

-¿Qué lo llevó a querer entrar a la Convención Constitucional en 2021?

–Nunca he querido tener un cargo político. De hecho, ahora dos partidos me ofrecieron, de nuevo, ser diputado.

-¿Cuáles?

-Dos partidos. Y no quise aceptar por ningún motivo, porque no quiero estar ahí, no me gusta la política, menos ahora. Me daría vergüenza estar en el Congreso actual. A mí me provocó un gran impacto el estallido delictual, o social, revuelta. Creo que fue un espanto para el país, que fue una mini revolución.

¿Un intento de golpe de Estado, diría usted?

-También, pero sobre todo fue una revuelta espantosa en la cual se quemó lo más lindo que teníamos, que es el Metro de Santiago. Se quemaron un montón de estaciones, se derrumbaron monumentos importantes e históricos, se quemaron escuelas, iglesias, se atacaron hoteles, en fin (…), vivimos momentos de tremenda angustia y pasamos por una grave situación.

No me gusta la política, menos ahora. Me daría vergüenza estar en el Congreso actual

“Y yo hubiera querido una Convención que hiciera los cambios que el país necesitaba, y por eso entré muy entusiasta a participar, pero, claro, no lo logramos. Indudablemente se impuso un grupo ultra que quiso refundar el país, eso quedó claro desde el primer día. Y a mí no me parecía refundar un buen país; hacer cambios sí, pero no refundarlo“.

PERIODISTAS OPINÓLOGOS

-¿Cuál es su visión del periodismo que se hace hoy en el país?

-Rescatando por aquí y por allá, hay buen periodismo. Por ejemplo, La Tercera está haciendo mejor periodismo que El Mercurio. Pero creo que los medios escritos están condenados a desaparecer o a subsistir un poco como la televisión, con pérdidas o a duras penas.

-¿Siente que su estilo de periodismo, cuando estaba en 24 Horas, de solo leer y no comentar, ha cambiado?

-Sí, yo creo que sí.

-¿Y le parece bien ese cambio?

-No, a mí no me gusta. Hoy los periodistas opinan de cualquier cosa. No quiero decir que es vulgar ni nada de eso, ni inservible, creo que mi forma de ver el periodismo es antigua, del periodismo objetivo, serio, que no emitía comentarios.

“Fue muy duro para mí, en la época del estallido social, que los periodistas se matricularan con posturas. Y hoy hay mucho periodismo que entrega opiniones sobre lo que sea. Si tú eres comentarista y quieres hacer comentarios, allá tú, puedes decir lo que quieras, pero que cualquier periodista que es conductor de un noticiario, de un programa, que tiene su espacio para hablar, se convierta en opinólogo o en comentarista, no es bueno”.

-¿Por ejemplo?

-Los vemos.

-Desde 2004, quien fuera su co-conductora en 24 Horas, vive con esclerosis múltiple. ¿Cómo está actualmente?

-Está enferma, pero está bien. Siempre muy optimista, contenta, porque es así.

-¿Dónde está ella?

–Está en un hogar en Santiago.

-¿Quiénes la visitan?

–Todos sus parientes y muchos amigos. Yo voy varias veces al año y casi siempre para su cumpleaños. Le tengo mucho cariño, creo que la gente la quiere muchísimo, no la ha olvidado y ella es una apasionada de la televisión, la echa de menos. Habría vuelto feliz a la televisión.

-¿Usted volvería, si lo llamaran?

-No.