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Dennis Maxwell, el documentalista chileno que cuenta historias sonoras para América Latina
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Dennis Maxwell, el documentalista chileno que cuenta historias sonoras para América Latina

Es probablemente el compatriota más premiado en el mundo del podcast. Ha ganado dos veces un galardón considerado el Oscar de la radio en Estados Unidos, primero por un episodio de Radio Ambulante y ahora por uno de Las Raras. En esta entrevista cuenta cómo dejó su sueño de dedicarse al cine para transformarse en un talentoso contador de historias sonoras.

Por Patricio Cuevas

27 de Enero de 2021

Cuando prepara sus entrevistas, Dennis Maxwell, productor chileno de documentales sonoros, dice que antes navega en los océanos de los personajes. “Me pongo a leer todo sobre la historia que busco. Todo el material. Veo documentales incluso si los hay, y accedo a lo que haya para empaparme del tema lo más posible. Eso me ayuda ya a construir una historia antes de las entrevistas”.

En el caso de Cruces en el Desierto, la crónica en formato podcast que reporteó para Las Raras, y que ganó un premio el 2020 en el prestigioso Third Coast Award y nominaciones en el International Documentary Association (IDA), Maxwell rápidamente descubrió que la clave estaba en el que terminó siendo el personaje principal, el colombiano Álvaro Enciso: un hombre retirado que coloca cruces en los lugares del desierto de Sonora donde han muerto inmigrantes que intentan buscar mejor vida en Estados Unidos. Se cuentan más de 3 mil al momento de confeccionar la historia.

“Saber de los personajes es una cosa que te abre puertas hacia preguntas que no se te hubieran ocurrido. Álvaro fue a la guerra de Vietnam. Había lidiado con la muerte en la guerra y ahora con las muertes de migrantes del desierto. Eso era para mí era algo que construía un nexo fuerte. Cuando se lo pregunté la respuesta fue, estoy aquí lidiando otra vez con los muertos; esa declaración está casi al final de la historia, y a mí me impactó muchísimo”.

Dennis Maxwell se considera, más que reportero, productor o documentalista, “un cuentacuentos”, y su historia personal forjó herramientas que son hoy bagaje de su ejercicio como productor de historias para crónicas sonoras. Partió muy pequeño, jugando con una cámara que le regalaron. Aprendió fotografía antes de la adolescencia.

“Desde chico me enamore del cine. El cine y lo audiovisual me impulsaron y siempre tuve el sueño de estudiar cine. En Chile no había muchas posibilidades en el tiempo que yo salí de la media. No había escuelas de cine. Me vine a Estados Unidos a los 21 años, acá vivía mi viejo y pude entrar a estudiar cine. Persistí bastante en esa carrera. Hice cosas, pero no pude desarrollar una carrera como me hubiera gustado, y de pronto descubrí esto del podcast. Y entendí que lo que me apasiona hacer es contar historias y caché que el medio en el que lo realices no importa tanto, en realidad. Podría ser haciendo trabajo como documentalista, o en un medio de audio, da lo mismo”.

Maxwell convirtió en crónica sonora algunos trozos de esa biografía, más de una vez. En Hombre vs. Máquina, para Radio Ambulante, desclasificó sus vivencias trabajando como editor de cine porno y cómo los consejos de su mamá fueron clave para salir airoso. En Los Cassettes del Exilio, que ganó un premio Third Coast Competition, contó detalles del exilio de su padre a Francia durante la dictadura de Pinochet, y cómo se mantuvo cerca grabando cassettes que enviaba por correo a sus hijos.  Y en Los 43 + 11 cuenta la historia de su hermano Lawrence, sometido al violento sistema de justicia mexicano sólo por protestar pacíficamente en solidaridad de los desaparecidos de Ayotzinapa.

“Tengo el privilegio de tener una familia en que todos son unos personajes y todos son muy carismáticos. Así que mis historias personales han sido fáciles, por mi familia histriónica, que desarrolla sus propias historias de forma entretenida. Mi viejo es un cuentacuentos nato. Mi mamá es actriz. Creo que he tenido suerte en ese sentido. Estoy consciente, eso sí, de que puedes tener la mejor historia, pero si no encuentras los personajes…”

Bueno, si no hay personajes en el documental sonoro, se cae la historia. “Y pasa; gente que conozco me ha contado que de repente una historia se te puede caer porque el personaje central no era alguien con esa capacidad para contar la historia”.

Y continúa, muy seguro: “Los personajes son fundamentales y no es fácil encontrarlos. Muchas veces tienes una idea o una historia fantástica, pero pueden fallar al momento de realizarse”. El reportero quiere encontrar las voces, que sean carismáticas, que hablen bien y sepan contarla, porque sabe que la historia está allí. Pero, a veces, las voces no están o no quieren contar lo que saben.

Así, lograr que las fuentes hablen y confíen el núcleo de una historia, que muchas veces contiene cosas privadas, es algo que Maxwell aprendió del racimo de oficios que ejerció antes de ser documentalista y productor de historias.

“Trabajé incluso pintando casas, y vendiendo sánguches aprendí muchísimo. Tuve que enfrentarme a algo que nunca hice. Entrar a un lugar y acercarme a alguien que no conocía con mi mercadería. Vender sánguches me ayudó a tener esa facilidad de entrar en confianza muy rápido con la gente, como para poder tener una conversa muy personal en poco tiempo. Yo creo que la riqueza de mi vida laboral ayudó en lo que hago ahora. Le he sacado provecho a todo”.

Ya en terreno, Maxwell prepara sus cuestionarios “un poco pensando qué cosas yo quisiera saber, partiendo desde la ingenuidad, del que no sabe absolutamente nada, y así puedes cuestionar las cosas más obvias, y preguntar por esas cosas obvias”.

Luego viene la escritura del guion, fundamental en la confección de los podcast de crónica periodística. Antes de los premios y el prestigio, Maxwell convivió con un proceso de aprendizaje muy duro que se produjo cuando comenzó a colaborar con el podcast Radio Ambulante. Al poco tiempo, produjo su primera historia, El Equipo Fantasma.

“Hasta entonces, yo estaba acostumbrado al apoyo de la imagen para contar las historias que quería contar. Contar una historia tiene más o menos las mismas cosas si son en video o en audio, pero en el audio tienes que suplir las carencias que presenta ese medio, y gatillar la imagen que no está presente”.

Suena a una fórmula sabida, pero cuando escribió y presentó ese primer borrador de El Equipo Fantasma, se lo devolvieron: “Me dijeron que tenía que reescribirlo completo, desde cero, porque no estaba bien”.

El método de trabajo de Radio Ambulante caló hondo en cómo Maxwell enfrentó la narración, los audios, las descripciones, la escritura. No se trató solamente de escribir mejor, o más parecido al estilo que le estaban imponiendo. Significó, además, trabajar en equipo, con varios editores, y revisiones múltiples: “Lo veía una persona, que tiene un criterio y luego lo veía otra, y tienes que ser flexible, estar dispuesto a ceder, a hacer cambios. Pero, finalmente, es una manera de aprender. Por ejemplo, algo muy tangible es que aprendí a ser ahorrativo en el lenguaje. Yo tenía la tendencia de explayarme mucho, con párrafos muy extensos y la verdad es que la simpleza es mucho más elegante y llega más a la gente. Debes preferir una frase pequeña, bien construida, que sea reveladora de lo que quieres decir, pero de manera concisa. Yo he ido mejorando eso. Construyo los guiones de manera más precisa ahora”.

Los trabajos de Dennis Maxwell han sido publicados también por el New York Times, BBC Mundo, en la serie Spark de la KQED, y ahora último ha producido historias para Las Raras. Dice que el podcast de documental sonoro tiene mucho para crecer: “Yo creo que el auge del podcast vino a satisfacer una necesidad. No es coincidencia. De repente nacieron todos estos podcasts, de tantos temas. Pero había una saturación de lo visual también y hemos hecho un reencuentro con lo auditivo, que tiene una riqueza que se está explorando y que tiene mucho más potencial todavía. Serial de This American Life nos mostró hasta dónde es posible llegar con el documental sonoro. Esa serie es como ver Twin Peaks de David Lynch. Te hace viajar y meterte a un mundo, y es muy rica en cuanto a narrativa. El mundo sonoro se acerca mucho más a la literatura también, porque te obliga a recrear los espacios físicos con tu mente. No está lo visual, así que tú como oyente eres quien tiene que recrear ese universo. Eso es lo que me ha fascinado del mundo del podcast y la narrativa”.

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