Las movilizaciones estudiantiles del 2011 despertaron en ella un gusto especial por la política. Hizo historia al ser electa como la primera diputada trans de Chile y hoy, se prepara para promover una agenda que aún mantiene muchos detractores.
Por Tamara Molina, Gabriela Piña y Amaya Véliz
12 de Enero de 2022
15 de diciembre del 2021, Paseo Bulnes, comuna de Santiago. Son las ocho de la noche y el lugar está repleto de banderas multicolores. Es uno de los actos previos al cierre de la campaña presidencial del candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. Entre la multitud, una figura alta se impone. Con su rostro semi cubierto bajo una mascarilla negra, Emilia Schneider sonríe con los ojos. A su alrededor se van acercando personas para pedirle fotografías. Ella las saluda y abraza cariñosamente. Una cercanía que contrasta con la joven que solo unos años atrás buscaba pasar inadvertida en la universidad, pero que hoy está inscrita en la historia política de Chile como la primera diputada transgénero.
Semanas antes, en la agitada tarde del 21 de noviembre, Emilia Schneider se encontraba en la casa de su jefa de campaña viviendo los resultados de las elecciones generales. Sentada en un sofá junto a sus compañeros del Partido Comunes, sus amistades, pareja y familia, la candidata por el distrito 10 (Santiago, Providencia, Ñuñoa, Macul, San Joaquín y La Granja) esperaba con ansias los resultados que voto a voto figuraban en la televisión.
A ratos, Emilia actualizaba la página del Servel desde el celular. Estaba lo suficientemente nerviosa y se le enfriaba el cuerpo cada vez que veía cómo el marcador apuntaba una mayor cantidad de sufragios para el abanderado del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast. Pero, aquel día no solo se votaba la que sería la primera vuelta presidencial, sino también por los próximos consejeros regionales, senadores y diputados. En este último cargo, Emilia decidió apuntarse para impulsar una agenda feminista y de derechos sexuales e incentivar la educación sexual integral.
Cuando salió el resultado de los diputados que formarán parte del Congreso desde 2022, el nombre de Emilia tenía un 5,7% de los votos. Ya era oficial, había sido electa como diputada del distrito 10, por la lista de Apruebo Dignidad. Rápidamente los medios postearon la foto de la joven, titulando “Emilia Schneider, la primera mujer transgénero en entrar al Congreso”.
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Producto de la emoción de haber pasado a la historia representando a la comunidad trans y LGBTIQ+, la nueva diputada derramaba lágrimas sin parar, aunque prontamente esa ilusión se desvaneció al recordar la gran responsabilidad que recaería en sus manos. Ahora, Emilia tendría que luchar más fuerte que nunca ante los discursos de odio hacia la comunidad transgénero, recordándose a sí misma el motivo de su candidatura: “Busco que ningún niño, niña, niñe y adolescente LGBTIQ+ tenga que vivir lo que generaciones pasadas han vivido”, comenta la hoy parlamentaria electa.
No era la primera vez que Emilia vivía esa sensación agridulce de haber ganado un cargo, cuya responsabilidad le esfumara el entusiasmo. Cuando estaba cursando su quinto año de Derecho en el año 2018, fue electa como presidenta de la Federación de la Universidad de Chile (Fech). Tras su victoria, sin mucho ánimo de festejar, Schneider asistió a la celebración que sus amigos y compañeros de federación habían preparado para la ocasión, pero Emilia tan solo se quedó media hora y retornó a su hogar. Tenía demasiadas preocupaciones en mente. “¿Qué es lo que se viene?”, se preguntaba camino a casa, sin saber que no solo se haría cargo de la presidencia de la Fech, sino también, se convertiría, durante ese mismo año, en vocera del 8M durante unos de los momentos más importantes en cuanto a movilizaciones feministas.
A pesar que en un principio Emilia Schneider se presentó a clases como una persona tímida y que trataba de no llamar la atención, prontamente comenzó a tomar poder de su lucha y a hacer presencia en su espacio educacional. Así comenzó a trabajar en la Secretaría de Derechos Sexuales y Género, de la Universidad de Chile. Desde la ex directiva de la Fech afirman que Emilia siempre fue una dirigenta muy querida y conocida entre los estudiantes. “Ella desde mechona relevó demandas con perspectiva de género y enfocadas en una educación no sexista”, comentan.
Sentada en el living de su casa, desde que era niña Emilia escuchaba atenta las conversaciones entre su papá y su abuelo. Cada una de las palabras que expresaban se quedaba clavada en su memoria. Violaciones a los derechos humanos en dictadura y las deudas de la justicia chilena fueron solo algunos de los temas que oyó durante su infancia.
Asimismo, el historial político de la familia Schneider es contundente. Varios militantes en partidos y su bisabuelo, René Schneider, fue el Comandante en Jefe del Ejército que respaldó el proceso electoral que llevó a Salvador Allende a la presidencia en 1970 y que fue asesinado por un grupo de ultraderecha, durante una tentativa de secuestro.
En su hogar, hablar de política era común. Así, desde muy temprana edad, Emilia tuvo claridad y conciencia de todo lo que pasaba a su alrededor. El Colegio Latinoamericano de Integración fue testigo del primer cargo de elección popular, cuando se convirtió en presidenta de curso, un puesto que obtuvo más de una vez durante la etapa escolar.
Años más tarde, junto a un grupo de amigos formaron una lista para postular al centro de estudiantes del colegio. Sus propuestas tenían un claro enfoque en las disidencias sexuales y la lucha feminista, un precedente en la historia política de Emilia. Recorría los pasillos del establecimiento levantando campañas contra el machismo, la violencia sexista y la homofobia. Los carteles llenaron los diarios murales y los ratos libres se transformaron en espacios de trabajo. A pesar de que su lista no triunfó, sus ansias por convertirse en un agente de cambio la acercaban cada vez más a su consolidación como figura política, que llegaría unos años más tarde.
Fue en las movilizaciones estudiantiles del 2011 cuando comenzó a sentir un gusto especial por la política y los espacios de discusión. Un periodo en el que los estudiantes se aglomeraban por las calles de Santiago exigiendo cambios en el sistema educativo de Chile.
Pero para la joven Schneider, las causas que la llevaron a querer ser parte de un cambio no solo nacieron en las calles. Mientras se manifestaba y reclamaba las injusticias en el colegio y en las manifestaciones, en su hogar afloraron otras problemáticas, que se sumaron a las causas que hoy mueven su quehacer político. La crianza solitaria de su madre, las labores de cuidado con su hermano pequeño y los problemas económicos que debió enfrentar su familia, provocaron en ella más deseos de lucha. “Una se mueve por causas que te mueven el pecho y por las vivencias más cotidianas”, reflexiona.
Caía la tarde del viernes 19 de noviembre en el barrio Concha y Toro, Santiago. Entre las calles de piedra y los clásicos edificios al estilo europeo, la sede del Partido Comunes se mantenía estoica entre el paisaje. Corrió el reloj a las nueve de la noche y la calma del ambiente acabó. A solo dos días de las elecciones, una decena de Carabineros allanaron la sede de la organización. Los motivos eran conocidos. La ex candidata senatorial por la Región Metropolitana, Karina Oliva, había sido acusada por financiamiento irregular en su campaña a gobernadora junto a siete militantes del partido Comunes.
Emilia recuerda estos hechos como los más angustiantes dentro de su liderazgo en la colectividad. Con una candidatura al Congreso a sus espaldas y en su rol de vicepresidenta de Comunes, salió a condenar el actuar de los involucrados. “Pese a las relaciones personales y de cariño que hay en la política (…), teníamos que cuidar nuestro proyecto y la transparencia prioritariamente”, cuenta.
Jorge Ramírez, ex presidente de Comunes, es parte de los involucrados en el caso Oliva, y hoy se encuentra suspendido del partido. Tras consultarle sobre cómo enfrentaron desde la directiva las acusaciones de fraude, no responde. Sin embargo, destaca la llegada al Congreso de los seis diputados de Comunes, entre ellos Emilia, que según considera, “es uno de los liderazgos más fundamentales del partido, pues representa una manera de enfrentar la política desde convicciones, poniendo siempre el proyecto colectivo por sobre intereses personales”, afirma el ex dirigente.
La diputada por el distrito 7, Camila Rojas, es actual vicepresidenta de Comunes y ex secretaria general de la colectividad. Junto a Emilia, lideraron las polémicas que enfrentó el partido tras la situación de Karina Oliva. Ambas, junto al resto de de la dirigencia que no estaba involucrada en las acusaciones de fraude, solicitaron a través de un comunicado oficial la renuncia de Jorge Ramirez y Camila Ríos -ex secretaria ejecutiva del partido-.
Pese a las polémicas que enfrentó Comunes, ambas dirigentas consiguieron un cupo en la Cámara de Diputados. Camila Rojas conoce a Emilia desde que ingresó a militar en el movimiento Izquierda Autónoma. Con el paso de los años y ad portas de que ambas compartan bancada durante el periodo 2022-2026 en el Congreso, la joven destaca el liderazgo político de Emilia. “Es persistente y comprometida, creo que esas son las características que la llevaron a la presidencia de la Fech y ahora a ser diputada electa.”, comenta Camila.
Pero las polémicas no finalizaron ahí. Con el triunfo en sus manos, el 13 de diciembre Emilia Schneider encendió Twitter, aclarando su postura y conocimiento sobre las acusaciones de acoso sexual en contra del entonces candidato presidencial de Apruebo Diginidad, Gabriel Boric. Tras meses de silencio, los casi diez mil retuits y dieciséis mil me gusta expresados en la publicación de la diputada, dieron que hablar.
“Quiero ser enfática, no existe ninguna denuncia contra Gabriel, no es un acosador. (…) Un tweet mío fue sacado de contexto y se hizo calzar el diálogo para instalar lo que quería la derecha. (…) Todo mi respaldo a Gabriel Boric y nuestra coalición, no hay otra alternativa para que las mujeres vivamos mejor”, expresó a través de Twitter.
Con estas palabras, la diputada despejó las dudas que habían surgido meses atrás frente a su supuesto conocimiento del acoso por el que había sido acusado el candidato. En su declaración dejó claro que sería la primera y última vez que se referiría al tema por respeto a los involucrados.
Quedan menos de dos meses para que Emilia se integre a la Cámara de Diputados y Diputadas de Chile, representando al distrito 10. Lo que no solo conlleva un triunfo para ella, sino que también para la comunidad de la que es parte. “El que desde el 2022 haya presencia LGTBIQ en el Congreso es un tremendo avance que se logró gracias a la constante lucha. Ahora se podrá hablar en primera persona de las demandas de la diversidad sexual”, recalcan de Fundación Iguales.
Desde que Emilia tiene memoria recuerda no haberse sentido cómoda con su género. Cuando comenzó a ver las movilizaciones LGTBIQ, su forma de verse y sentirse al fin tuvo sentido. Ahora, con una agenda feminista y de derechos sexuales en mente, la joven de tan solo 25 años planea que su primera labor en el Congreso será impulsar un programa de educación sexual integral. Asimismo, la diputada propone defender el programa de Apruebo Dignidad “que partirá probablemente con una reforma tributaria importante para hacerse cargo de la crisis política y social que nos deja la pandemia”, asegura Schneider.
Sin embargo, en cuanto a gestión en materia de políticas públicas, a partir del próximo 11 de marzo el panorama se visualiza algo complejo para la diputada y el futuro bloque de gobierno. La conformación del próximo Congreso tiene un virtual empate, augurando la necesidad de duras negociaciones para promover los cambios legislativos que propuso en la campaña el presidente electo, Gabriel Boric.
Por otro lado, Emilia tendrá que trabajar codo a codo con el diputado electo por el distrito 10, Johannes Kaiser, ex miembro del Partido Republicano, quien tras su elección se vio envuelto en varias polémicas por sus dichos calificados como misóginos y xenófobos. Una de sus alocuciones más cuestionadas, fue justamente la realizada contra Emilia y la comunidad trans durante el programa de YouTube El Nacional-Libertario.
La respuesta de Emilia no se hizo esperar. “Mientras ellos ríen, nuestra comunidad sigue sin acceder a derechos como la educación, la salud, las pensiones y el trabajo en condiciones dignas. Lo dije y lo cumpliré: no permitiré que se difundan irresponsablemente mofas y discursos de odio contra nuestra comunidad LBGTI+”, escribió vía Twitter la diputada electa.
A pesar de la provocación del ex republicano, Emilia tiene muy claro su rol en el Congreso y con la vista en frente, no piensa perder el foco por provocaciones del diputado Kaiser. “Nosotros estamos en el Congreso para hacer política y no para hacer polémica”, sentencia Schneider.
Por otro lado, el orgullo de las mujeres y las disidencias se estremece ante la participación de la primera mujer trans en el Congreso y la esperanza de alcanzar un posicionamiento en las escalas representativas del espectro político se comienzan a intensificar. Andy Muñoz es uno de los activistas transgénero que ha sido fiel seguidor de Emilia Schneider y, como muchos, Andy se siente orgulloso de que una persona trans al fin pueda ejercer un cargo tan importante. “Emilia va a poder decirlo desde primera fuente y demostrará a otras figuras políticas cómo vivimos y resistimos las carencias de la población trans. Que ella se encuentre allí, nos permite soñar que las personas trans podemos tener cargos en lugares donde antes éramos invisibilizados”, afirma el joven activista.
Tras el triunfo de Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial, la diputada experimentó una mezcla de emociones. Feliz y conmocionada por el triunfo, pero también preocupada por todo lo que se venía de ahí en adelante. “Tantas generaciones de lucha y por fin llegamos hasta acá”, pensó Schneider mientras guardaba en su memoria aquella imagen de la iluminada Alameda, repleta de personas celebrando y vitoreando al candidato.
Ahora Emilia espera la lucha que está por venir. Aquella causa por la que tanto ha batallado a lo largo de su vida podrá ser reivindicada, a partir del poder que le permitirá el puesto ganado en el órgano legislativo de la República de Chile. Al fin Emilia podrá gestionar los cambios más grandes para la historia del país en cuanto a temáticas feministas y de disidencias sexuales. Expectativa que la mantiene con una sonrisa amplia.
Por María Fernanda Mondaca y Ariadna Rodríguez