“El Bandolero”
En Peñaflor vive la hermana mayor de César, Marusella (48), quien dice que está cansada: por estos días da una o dos entrevistas diarias a periodistas que se acercan para escudriñar la vida de César. Ella le puso un título a la carpeta investigativa que le entregaron desde la Fiscalía de Talagante: “Asesinato en 56° comisaría Peñaflor”, la tesis que se comparte en el círculo familiar.
Marusella, profesora y declarada sindicalista, ha sido la cara visible en los medios de la familia Mallea-González durante esta etapa, incluso ha ido dos veces al Congreso a dar su testimonio sobre la muerte de su hermano. La primera vez fue invitada por el senador Alejandro Navarro (PAÍS) a la comisión de Derechos Humanos del Senado y la segunda a fue testificar en la comisión de Acusación Constitucional contra el exministro Andrés Chadwick.
César era oriundo de Talagante, ciudad desde la que emigró junto a su familia por motivos laborales de su madre, Bernardita González, profesora que ejercería en el mismo colegio al que llegaría César con su hermana menor, Silvana: la Escuela Básica E° 664, ubicada en el centro de Peñaflor.
Durante la adolescencia le gustaba el “carrete”. Su familia cuenta que a veces salía el viernes y llegaba el domingo. En ocasiones, recuerdan, se enteraban de que andaba en la playa. César terminó sus estudios en un colegio 2×1 en Santiago. Luego ingresó a estudiar lo que le gustaba: mecánica.
Sus cercanos lo describen como “mujeriego”, le gustaba salir a pololear en el camión de su padre, Reinaldo Mallea, para así “ahorrarse el motel”, contaba como chiste. Una de sus tantas pololas fue Elisa Vargas, a los 15 años, a quien nunca pudo olvidar, dicen en la familia.
A finales de los noventa se casó con Carolina Quiroz, con quien el año 2000 tuvo a su primera hija, Catalina. Esta relación duró cerca de seis años. Luego, tendría varias aventuras hasta el 2005, cuando se reencontró con Elisa Vargas, la “Chichi”. Con ella tuvo a su segundo hijo, Ricardo (12), quien vería cómo sus padres se distanciaron en el 2010 , cuando él tenía solo 5 años.
César medía un metro noventa y siempre andaba en auto. Era fanático del personaje interpretado por Vin Diesel en la saga “Rápido y Furioso”, Toretto. Se hacía llamar “El Bandolero”, por la canción del cantante puertorriqueño Don Omar, quien interpreta una de las melodías principales de dicha saga.
Mallea nunca dejó la noche: el consumo de marihuana y alcohol lo llevó a recibir tres multas entre 2006 y 2007, dos por porte ilegal de marihuana y una por consumo de la misma sustancia en la vía pública: lo sorprendieron con un cigarrillo de marihuana de 1,2 gramos.
Después de eso conoció a la madre de su tercera y última hija (9), Yasna Espinoza. Está relación marcó la vida de César. Con Yasna discutían mucho. En una declaración policial ella contó que mientras estaba embarazada Mallea consumía marihuana por el día y cocaína por la noche. A ella le molestaba la situación.
Fue entonces, el 5 de febrero de 2008, en una de esas discusiones que terminaban a los gritos, cuando Yasna Espinoza lo sorprendió con Elisa Vargas, su expareja. Al regresar a la casa, se inició una pelea, donde Mallea la insultó, la golpeó y la obligó a subir al auto, mientras la amenazaba con una escopeta Maverick 88 calibre 12 que se había conseguido un tiempo atrás. El mismo día, fue detenido por la Policía de Investigaciones y puesto en prisión preventiva al día siguiente por cuatro delitos: lesiones leves, porte ilegal de armas, amenaza con arma y secuestro. Estuvo en prisión por dos años y diez meses: desde el 5 de febrero de 2008 hasta el 7 de diciembre de 2010. Esta causa está consignada en el Poder Judicial con rol único 0800119965-0.
Al salir, César logró rehacer su vida. Mantuvo una relación estable con Claudia Mora, con quien se fue a vivir a Pudahuel. Pero en el 2014 conocería a la esposa de su amigo Juan “el Colo” Zuñiga, Ana Castillo, la misma que llamó a los familiares el día que lo detuvieron en medio de la crisis.
Con Ana se casó el día del cumpleaños de César en 2015, un 31 de julio, a espaldas de la familia Mallea González. Los Mallea nunca perdonarían a Ana por alejar a César de su familia.
Durante esta relación existieron diversos hechos de violencia intrafamiliar, constatados en el Juzgado de Garantía de Talagante. El 22 de septiembre de 2018 se consignó que César agredió con golpes de pies y puño a Ana, cayó al suelo y recibió un televisor de 14 pulgadas en su cabeza.
Según se consigna en otra denuncia de 27 de julio del 2019, César llegó hasta la casa de Ana, en donde la trató con gruesos epítetos: “Oye maraca concha de tu madre me las vai’ a pagar maraca, te voy a matar”.
Marusella constantemente aconsejaba a César que terminara su relación con Ana. “Siempre le decía: hermano sepárate, uno de ustedes dos va a terminar muerto”, pero Mallea nunca se alejó, hasta el día de su muerte.