Fotoreportaje que presenta el retrato íntimo de una familia a través de tres generaciones y dos ambientes: “la Villa que nos vio llegar y la casa que no nos dejó ir”.
Por Rocío Cortez
4 Agosto 2021
La pandemia detuvo el tiempo y nos dio la oportunidad de observar dónde estamos y qué hay a nuestro alrededor. Con estas fotografías quise aceptar este regalo, crear una bitácora para registrar los cambios que se han asentado con el paso del tiempo y que jamás vi por estar atrapada en la rutina.
Son más de veinte años agrupados en once imágenes. Un viaje sacado de los álbumes familiares, que narra el antes y después de los recuerdos inmortalizados en sus páginas. No soy la protagonista, sino la conexión que reúne a todos sus personajes y sus propias historias. Parte con mis abuelos, sigue con mis padres y finaliza en mi hermana. Tres generaciones y dos ambientes: la Villa que nos vio llegar y la casa que no nos dejó ir.
Mi papá y mi abuelo se empiezan a parecer | Rocío Cortez
2005 vs 2021 | Rocío Cortez
Retrato de mi abuela, 1980 vs. 2021 | Rocío Cortez
Retrato de mi abuelo - 1995 vs. 2021 | Rocío Cortez
Mi mamá y yo hace 20 años | Rocío Cortez
Mi casa 2021 vs. 2001 | Rocío Cortez
Las plantas no duran 20 años - 2001-2021 | Rocío Cortez
De azul a rojo, mi living 2001-2021 | Rocío Cortez
15 años después y ya no cuelgo del columpio | Rocío Cortez
La misma calle, sin el auto ni mi tío (1990-2021) | Rocío Cortez
Mi mamá en 1980. Misma casa, o bueno, el mismo lugar | Rocío Cortez
Por Francisca Torres y Josefina Reyes