El periodista Octavio Enríquez ha vivido en carne propia la persecución del gobierno nicaragüense. En sus más de veinte años de trayectoria, ha desarrollado investigaciones periodísticas para Confidencial, colaborando además en diversos medios de habla hispana. Trabajo que le ha valido distintos reconocimientos. En 2011, obtuvo el Premio Ortega y Gasset para Periodismo Impreso, y en 2014 recibió el Premio Internacional de Periodismo Rey de España.
El 3 de junio del 2018, Enríquez se desempeñaba en el medio Confidencial y lo citaron a declarar ante la fiscalía por el caso contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, organización que promovía la libertad de expresión y el acceso a información pública en Nicaragua. La organización fue acusada por el gobierno de Ortega por presuntos delitos de lavado de dinero. “Citaron a 60 periodistas en un intento de acallarnos y acosarnos, para que sintiéramos miedo. Las detenciones en ese momento se estaban dando todos los días”, apunta. Días después recibió una segunda citación para la misma causa. Una convocatoria que le causó sospecha, por lo que decidió salir del país. “El panorama ya no era apto para ejercer el periodismo libre que quería y me moví por seguridad”, cuenta el periodista, quien hoy vive en el exilio sin tener ninguna certeza de cuándo será seguro volver.
Una situación similar vivió Lucía Pineda Ubau, periodista del canal de televisión 100% Noticias. El 18 de diciembre de 2018, Pineda fue detenida, encarcelada e incomunicada durante seis meses junto al director del canal, Miguel Mora. ¿El motivo de la detención? El poder judicial de Nicaragua acusó a Pineda y Mora de “provocación, proposición y conspiración para cometer actos terroristas”. Recién el 11 de junio de 2019, Lucía fue puesta en libertad y se exilió en Costa Rica, donde reside hasta el día de hoy.
“Hemos hecho periodismo desde el exilio y parte de los colaboradores están en Nicaragua, pero con un bajo perfil. Nadie puede firmar sus notas porque no podemos poner a la gente en riesgo, así que es una situación bastante grave, de extrema gravedad. Yo digo que estamos en permanente alerta roja en Nicaragua porque el régimen se ha encargado de encarcelar a toda Nicaragua y a todas las diferentes expresiones de la sociedad”, señala Lucía.
Periodismo perseguido
Las dificultades que actualmente tiene el periodismo en Nicaragua no solo se deben a la represión y el encarcelamiento de sus colaboradores, sino que el régimen de Ortega instaló una serie de leyes que sentaron las bases para coartar el derecho a la información, la libertad de expresión y de prensa.
La primera es la norma conocida por los nicaragüenses como “Ley Mordaza”, que castiga a quienes publiquen y difundan noticias falsas, un criterio que queda a completo arbitrio de la autoridad. La segunda ley se relaciona con los agentes extranjeros, donde aquellos medios y organizaciones que reciban financiamiento desde el extranjero se tienen que registrar y dar cuenta al gobierno en qué gastarán esos fondos, lo que sus detractores denuncian como una forma de impedir la recaudación del financiamiento. Por último, una tercera legislación se vincula con la soberanía del país, donde cualquier ciudadano puede ser acusado de traición a la patria, por ejemplo, si publica un tweet con opiniones en contra del régimen de Ortega
¿Cuáles son las condiciones en que se hace periodismo dentro y fuera de Nicaragua?
Octavio: “Lo que ha pasado es que en la mayoría de casos en los medios nacionales la gente ha dejado de firmar sus notas para protegerse. Esa es una manera. La otra forma es que quienes pudimos salir, seguimos trabajando desde el exilio. Otra medida que hemos tomado es proteger nuestras fuentes. Curiosamente, aunque la teoría periodística diga que nosotros tenemos que citar nuestra fuente, realmente es una realidad que la mayoría de notas que estamos publicando, son notas que no tienen atribuciones a fuentes, porque ellas mismas nos piden que por temor no las mencionemos. Esto es probablemente lo más anti teórico en el periodismo que puede existir, pero es un deber moral en las circunstancias en las que estamos”.