La transnacional colombiana de la polémica María Piravique

–Hermana, cuéntenos su testimonio –dice el pastor Juan Carlos González desde el altar. González, de unos 55 años y que entró en escena en medio de vítores y ovaciones, luce impecable: terno café claro, corbata oscura y zapatos lustrados. Este miércoles 13 de noviembre hay más de 200 personas en el salón. Por efecto de las luces, el brillo del reloj plateado que sostiene su muñeca derecha se observa desde la última fila.

–Alabado sea el Padre Celestial –dice una mujer de unos 45 años. –¡Amén! –responde la asamblea.

–Hago testimonio de la ayuda que me brindó mi Padre Celestial, cuando en mi trabajo estuve a punto de renunciar. La jefa que tenía era muy soez para hablar y yo me sentía mal con esa persona. Nunca me hablaba bien y le pedía a Dios que me sacaran a esa persona o que me cambiaran de lugar. Para la gloria de mi Padre Celestial, que lo amo, hoy me ha llegado la sorpresa de que me cambiaron de jefa y ya conocí a la nueva –explica la mujer.

–¡El señor resuelve todos nuestros problemas!, ¿no es así hermanos? –retruca el pastor al terminar el relato.

Son pasadas las 19 horas del miércoles 13 de noviembre y la sede principal de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional (IDMJI), ubicada en Víctor Manuel 1415, comuna de Santiago, está repleta. Familias enteras, madres con hijos en coches, adultos mayores y jóvenes. No se escucha acento chileno. Los fieles que asisten a la ceremonia son, en su mayoría, de nacionalidad colombiana, la misma de su fundadora y líder María Luisa Piraquive de Moreno.

Piravique fundó la IDMJI en Bogotá en 1972, junto a su marido Luis Eduardo Moreno. Desde entonces, la iglesia tuvo un explosivo crecimiento en Colombia y también en el extranjero. Hoy está presente en 47 países y cuenta con más de 800 lugares de culto repartidos por el mundo. En Chile se constituyó como entidad religiosa de derecho público en octubre de 2005. A casi 15 años de su aterrizaje, ya cuenta con 19 sitios de culto, desde Arica a Punta Arenas. 

En su autobiografía titulada Vivencias, María Piravique asegura que recibió a los 7 años el “llamamiento de Dios”, quien le encargó “el trabajo de ayudar a apartar las almas para el Reino de los Cielos”. A comienzos de diciembre de 2018, la fundadora de la IDMJI visitó Santiago y se presentó en un auditorio ante más de mil personas. Algunas viajaron en bus durante muchísimas horas –desde Iquique, Copiapó, Concepción, Temuco y Angol, entre otras– para ver a la pastora, que fue presentada como “nuestra varona de Dios”. Predicó durante una hora y media.

En las paredes de este espacio, que parece haber sido un antiguo galpón industrial reacondicionado para el culto, hay dos diarios murales. Uno de ellos contiene información de la “Fundación Internacional María Luisa de Moreno”, la que declara realizar actividades en beneficio de comunidades vulnerables. El otro mural contiene varias fotos a color de Piravique y recortes con información biográfica.

Un dato probablemente desconocido para los fieles que hoy acuden a la ceremonia de la IDMJI, es que María Piravique lleva una vida muy acomodada. Registros internacionales revisados para este reportaje dan cuenta de la existencia de una lujosa propiedad en un exclusivo condado de Miami, a nombre de un fideicomiso llamado María Piravique Revocable Trust. Documentos oficiales dan cuenta que esa estructura societaria está efectivamente bajo el control de la fundadora y líder de la iglesia de origen colombiano. 

La influencia en Colombia de la IDMJI traspasa las frontera estrictamente religiosa. El actual viceministro colombiano de Relaciones Laborales e Inspección y líder del partido confesional MIRA, Carlos Alberto Baena, es uno de los máximos líderes de la iglesia de María Piravique. Y la hija de la fundadora del culto, Alexandra Moreno Piravique, también militante del MIRA, fue segunda presidenta del Senado hasta 2011. El 15 de mayo pasado, la ex senadora fue nombrada cónsul de Cooperación Judicial de Colombia en Nueva York (ver aquí). La suerte de su hermano Iván, ha sido diametralmente distinta. En una entrevista que dio en noviembre de 2006 a la revista Semana, acusó a los jerarcas de la iglesia de expulsarlo tras reconocer su homosexualidad. En esa entrevista, Iván Moreno Piravique, tiró del mantel y calificó a la iglesia de sus progenitores como un “negocio”.

Tras una publicación del mismo medio en 2014 que refería a las costosas propiedades que mantenía la familia Piravique en Estados Unidos, la Fiscalía de Colombia inició una investigación para establecer el origen del cuantioso patrimonio de la líder de la IDMJI. A partir de esa indagatoria surgieron hipótesis que apuntaban a un presunto financiamiento del partido MIRA con dinero de los diezmos de los fieles y también eventuales nexos con el narcotráfico para el blanqueo de capitales. Nada pudo ser probado.

Piravique se ha granjeado enemigos en Colombia, entre ellos periodistas a quienes la líder religiosa ha perseguido con querellas por injurias y calumnias. Pero su fama traspasa fronteras. La mediática Ana María Polo –la doctora Polo– la llamó “mafiosa de primera” en una de las emisiones de su programa “Caso Cerrado” que cuenta con elevadas cifras de audiencia en Miami y varios países de Hispanoamérica.  

“CON SU DIEZMO NO SOLO CUMPLE EL MANDAMIENTO”

Hace calor en el salón y el pastor Juan Carlos González prende dos equipos de aire acondicionado sujetos a las paredes laterales. Guía las alabanzas a Jesús, acompañado de lecturas intercaladas de canciones interpretadas por un coro en vivo que suena sobre una base similar al reggaetón. Los fieles se encienden, también cantan y acompañan con palmas.

González lee versículos de variados evangelios y algunos fieles sacan papel y lápiz para tomar apuntes de lo que dice. Su prédica es palabra sagrada: cada vez que termina una frase, se escucha “Amén” y “Gloria a Dios”. Termina la lectura y el pastor cierra con un: “siempre estaremos en deuda con el Señor por todo lo que nos da”. Y agrega: 

–A través de los diezmos, se fortalece muchísimo la Fundación Internacional María Luisa de Moreno. Con su diezmo no solo está cumpliendo el mandamiento, si no también que ésta crezca y se multiplique. Gracias a usted, Dios puede traer más iglesias, como la que inauguraremos en diciembre en La Florida.

Una decena de mujeres se puso de pie y con bolsas en sus manos comenzó a recolectar aportes voluntarios en efectivo. Por lo menos la mitad de los presentes depositó billetes en ellas.

Tras la recolección del diezmo, el pastor González recalca la importancia de las profecías: distintas formas en que Dios se manifiesta para dar solución a los problemas de los creyentes. Luego da inicio a una ronda de testimonios a micrófono abierto. Uno de los asistentes, vestido de terno, tomó una cámara de video para registrar a quienes se atrevieron a hablar.

Algunas mujeres tomaron la palabra. Una, agradeció al Señor por salvarla de un asalto; otra por mejorarle la salud. Una tercera se refirió a que había dejado de tener pesadillas por las noches.

Poco después, el siempre efusivo pastor González hizo una bendición final. Entregó algunos anuncios e invitó a quienes quisieran quedarse algunos minutos más a un último rito. Un grupo de cinco mujeres puso sus manos sobre las cabezas de quienes permanecieron y les regaló algunas oraciones.

De a poco los fieles vaciaron la sala. Juan Carlos González se despidió y se retiró en silencio.

Se solicitó entrevista vía teléfono y correo electrónico a representantes de la IDMJI en Chile y el extranjero. Al cierre de esta edición no hubo respuesta.