Marcela Betancourt (48) fue una de las dirigentes que convocó a la performance más multitudinaria de LasTesis, la versión “Senior” en el Estadio Nacional. Afirma que la representación es perfecta: “Dice lo que las mujeres queremos decir hace mucho tiempo y además denuncia las violaciones a los derechos humanos que están ocurriendo en este proceso histórico”.
Por Simona Paranhos
30 de Enero de 2020
La convocatoria fue explosiva y traspasó fronteras. Se transformó en un himno. “Un violador en tu camino”, la performance creada por el colectivo LasTesis durante el estallido social, tuvo su primera presentación el 20 de noviembre en las calles de Valparaíso, luego en las principales ciudades de Chile y después en varios otros países del mundo. Mujeres de Francia, España, Estados Unidos, México, Colombia, Turquía, India, Kenia adaptaron esta representación a sus idiomas y a sus contextos de violencia.
La letra es potente y sencilla. Los pasos, fáciles de seguir:
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que no ves.
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que ya ves.
Es feminicidio.
Impunidad para mi asesino.
Es la desaparición.
Es la violación.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
El violador eras tú.
El violador eres tú.
Son los pacos,
los jueces,
el Estado,
el presidente.
El Estado opresor es un macho violador.
El Estado opresor es un macho violador.
El violador eras tú.
El violador eres tú.
Duerme tranquila, niña inocente,
sin preocuparte del bandolero,
que por tu sueño dulce y sonriente
vela tu amante carabinero.
El violador eres tú.
El violador eres tú.
El violador eres tú.
El violador eres tú.
Una de las presentaciones más masivas del colectivo se desarrolló el jueves 5 de diciembre del 2019: 10 mil mujeres frente al Estadio Nacional. «No pensamos que llegarían más de 250», explica Marcela Betancourt (48), vocera de LasTesis Senior, responsables de este evento.
Es así de masivo porque las mujeres hemos sido un grupo segregado a lo largo de la Historia de la Humanidad
Marcela estudió pedagogía en castellano y es doctora en educación. Trabaja en la Universidad Central y se declara feminista. Dice que se encontraba en un congreso en Argentina cuando vio LasTesis por redes sociales y se emocionó.
—Me puse a llorar. Estaba muy pendiente por todo lo que está pasando en Chile y cuando vi la performance, encontré que era perfecta. La performance de Las Tesis es perfecta. Dice lo que las mujeres queremos decir desde hace mucho tiempo y además denuncia las violaciones a los derechos humanos que están ocurriendo en este proceso histórico, sobre todo hacia mujeres y menores de edad que tienen algún tipo de participación ciudadana. Es una lógica muy patriarcal que la violación a los derechos humanos en las mujeres tenga una connotación sexual.
—¿Cómo nace Las Tesis Senior?
—Nace justamente el mismo día en que veo la performance por las redes sociales. En Twitter coloqué que deberíamos hacer una Tesis Senior, es decir, que mujeres de 40 y más años nos juntáramos a realizar la performance. Nuestra generación vivió lo mismo: violación a los derechos humanos, abuso sexual en las calles, en las familias, en fin. Pero nosotras nos callamos, y ni hablar de la generación anterior, la de nuestras madres, en muchos casos ni supieron que lo que les estaba pasando no estaba bien. Una amiga me respondió y empezamos a ser cada vez más. Creamos un grupo de WhatsApp que se llenó con 250 personas. Marcela Murilla convocó a productoras, periodistas para el evento. Yo quedé como vocera por casualidad. Nos conseguimos vestuaristas, primeros auxilios, drones y personas que trabajan en cine para dirigir la performance.
A todas nos han abusado, ya sea en la calle, en nuestra familia, nuestras propias parejas
—¿Esperaban la masividad de la convocatoria?
—Nosotras esperábamos que llegaran 250 mujeres, después dijimos: “chuta, y si llegan mil, ¿qué hacemos?”. Llegaron 10 mil. En ese momento nos vimos desbordadas desde la impresión, pero muy acompañadas por todas las mujeres que, queriendo ser parte de la protesta ciudadana, se sentían seguras aquí. Queríamos que nuestra generación gritara que la culpa no era nuestra todas las veces que fuimos abusadas.
—¿Por qué crees que existe esta identificación?
—Porque a todas las mujeres nos ha pasado lo mismo. A todas nos han abusado, ya sea en la calle, en nuestra familia, nuestras propias parejas. En Chile, hasta poco no existía la violación en el matrimonio. Las mujeres de todo el mundo hemos sufrido el temor de entrar por una calle oscura, de pasar por una calle que está llena de hombres, que opinen de nuestro cuerpo. Todo está muy naturalizado. En los ’80, ’90, cuando se publicaba algún reportaje sobre la violación, se daba recomendaciones a las mujeres para que no nos defendiéramos porque así el violador actuaba mejor. Por lo tanto, es así de masivo porque las mujeres hemos sido un grupo segregado a lo largo de la historia de la humanidad.
—¿Qué representan los pasos?
—Entiendo que uno de los pasos de esta performance expresa las sentadillas, acto que le hicieron hacer a muchas chicas que fueron detenidas en las protestas ciudadanas. También, el apuntar con el dedo al violador, a los jueces, ministros, al Presidente, representa un dedo acusatorio, decir que el violador eres tú y que la culpa no es mía. Eso es muy fundamental y por eso esta obra de arte es tan perfecta.
Por Simona Paranhos y Daniel Meza