Este 15 de enero, se celebró el día que conmemora la vida y lucha de Martin Luther King, activista por los derechos e igualdad racial en los Estados Unidos. En la víspera de ese día, Donald Trump, presidente de aquel país, se defendió de las críticas ante los medios diciendo: “No soy racista”.
Las palabras de Trump son un intento de revertir ciertas acusaciones que han puesto al mandatario en el ojo del huracán. Esto luego que los medios hayan destacado la acusación que asegura que Trump, en medio de una reunión parlamentaria, señaló a El Salvador, Haití y países de África como “agujeros de mierda” (shithole countries, válidamente traducido también como “países de mierda”).
Cuesta escribir una declaración como esta, ya que es un insulto directo que discrimina a ciertas comunidades y replica prejuicios sin fundamentos. Pero cuesta más titular con aquella frase, lo que ha significado un desafío y un debate para los medios.
El Washingtonian analizó la manera cómo titularon los medios esta situación. Dentro de su artículo, se destaca el hecho de que la prensa norteamericana tiene una regla editorial de no publicar palabras ofensivas, ni mucho menos, aquellas de carácter racista. A pesar de esto, la gran mayoría puso la declaración del presidente tal cual. El debate de la situación llegó hasta las redes sociales.
Andrea Insunza, periodista de investigación de la Escuela de Periodismo, fue una de las que siguió atentamente el tratamiento de los diferentes medios sobre la noticia y analizó la manera en que publicaban y titulaban el suceso. “Parecen detalles, pero son decisiones editoriales, quizás lo único propiamente “exclusivo” del trabajo periodístico hoy”, escribió vía Twitter.