UN SITIO DE PERIODISMO UDP

SEÑAL ONLINE

28 de Marzo del 2024

SEÑAL ONLINE

UN SITIO DE PERIODISMO UDP

Resultados de búsqueda

Trabajo y estudio en pandemia: los universitarios que debieron salir al rescate de la economía familiar
Temas

Trabajo y estudio en pandemia: los universitarios que debieron salir al rescate de la economía familiar

Recogimos el relato de tres jóvenes que debieron sumarse a un agitado mercado laboral en medio de la pandemia. Las dificultades económicas los sacaron de su hogar, con el miedo a un posible contagio y la incertidumbre de su futuro académico.

Por Gonzalo Mendoza

14 de Mayo de 2021

Cuántos son los/as universitarios/as que se vieron obligados/as a buscar trabajo en la pandemia, es aún un misterio. El Covid-19 llevó a Chile a la mayor depresión de los últimos 40 años, con un desempleo que rondó los dos dígitos y un cuestionado plan estatal de apoyo a las familias. Escenario que ha afectado a miles de hogares, forzando en muchos casos el que jóvenes estudiantes se sientan en la necesidad de generar un ingreso extra.

Sergio Herrera (20), estudia Pedagogía en Historia. Vive en Quilicura y cada cada fin de semana -desde octubre del 2020-  iba a Huechuraba para trabajar como cajero en la tienda Paris del Mall Plaza Norte. En su hogar viven dos personas de riesgo: su padre, maquinista en una empresa de tuberías para mineras, padece silicosis y su hermana tiene obesidad mórbida. En el hogar además vive su madre, auxiliar de aseo y la sobrina de Sergio; son 5 personas bajo el mismo techo y 3 de ellas trabajando puertas afuera. 

El sueldo de Herrera oscilaba entre los $260 y $210 mil pesos, lo que le permitía tener dinero para moverse, colaborar con $40 mil en su casa y además entregar la mercadería que compraba gracias a su beca Junaeb. A finales de marzo y con el regreso de la cuarentena total en la Región Metropolitana, Sergio quedó sin trabajo. Además, toda su familia se contagió de Covid-19. “Lo que es este mes, es buscar algún pololo, pega o vender algún objeto de la casa del que le pueda sacar 5 o 6 lucas” comenta el estudiante, reconociendo que la situación familiar se hizo aún más compleja con la disminución de ingresos que significaron las licencias médicas.

Complicaciones económicas que se suman a las obligaciones académicas. No tenía mi cabeza concentrada en eso”, reconoce Sergio, quien disminuyó su rendimiento mientras pudo trabajar. El horario laboral lo obligaba a estudiar los fines de semana, cuando se desplazaba o en la noche, una situación que se replica entre quienes intentan compatibilizar estudio y trabajo.

La Casen 2015 consignó que más del 70% de los jóvenes no podía compatibilizar estudio y trabajo, por ello se dedicaban únicamente a una u otra actividad. Sin embargo, cerca del 8% del total de personas entre 18 y 25 años emprendía el reto laboral y académico al mismo tiempo. Hoy con la pandemia, y a la espera de la “Casen 2020 en Pandemia”, el Oficial de Información Laboral de la OIT en Chile, Juan Velasco, plantea que esto se podría haber incrementado. Explica que solo en América Latina, la disminución de las horas laborales fue de un 10%, lo que en puestos de trabajo implica una gran pérdida y un profundo impacto para los hogares. En base a esto Velasco concluye: “uno puede asumir que el escenario va a ser de jóvenes que van a estar obligados a buscar un ingreso, ya sea que estén o no estudiando”.

 

Nueva normalidad

Amparo Díaz (23) es estudiante de último año de Teoría e Historia del Arte. Su padre murió el pasado 10 octubre, situación que provocó un giro en su vida familiar. El principal ingreso es el de su madre de 63 años, quien recibe una pensión de $180 mil pesos. Ante este escenario, Amparo y su hermano Pablo, tuvieron que buscar trabajo en medio de la pandemia. Ella se empleó 4 días a la semana en un Dunkin, recibiendo $300 mil pesos al mes. Pablo, quien es gastrónomo, trabajaba a jornada completa por alrededor de $400 mil pesos, pero desde abril su sueldo disminuyó a la mitad. 

“Por mucho que esté con ánimo o que esté activa mentalmente, físicamente no me da más que para trabajar” sostiene Amparo, quien por las dificultades económicas no pudo costear su matrícula, lo que le impide contar con un profesor guía para elaborar su proyecto final y titularse. Aún así, semana a semana se prepara leyendo todo para sacar adelante su carrera mientras afronta el cansancio de la jornada laboral. 

Amparo también siente el desgaste de la rutina: “me cuesta mucho verle sentido a lo que estoy haciendo, a lo que estoy leyendo, cuando es como ‘pucha, por qué estoy leyendo esto’, cuando en verdad tengo que trabajar, tengo que ganar plata. Es muy difícil mezclar las necesidades físicas y tener la mente en algo que puede ser tan irrelevante”, reconoce.

 

Búsqueda urgente

Marife Concha (20) reside en La Florida y es estudiante de Periodismo. En medio de la pandemia, el sueldo de su madre cayó al punto de casi perder el arriendo de su casa. La situación era urgente y Marife comenzó a repartir su currículum en distintos comercios cercanos. Finalmente y luego de tres meses de búsqueda, pudo emplearse en un supermercado Líder de la comuna de Ñuñoa. 

“Está súper complicado encontrar una pega y mantenerla al igual que la situación económica en general, piensa que nos están mandando a cuarentena y el Estado no está dando plata” relata Marife, representando lo dificultoso que está siendo para muchos jóvenes encontrar un trabajo, lo que se expresa en la caída de un 28,77% de la la ocupación entre personas de 15 y 28 años durante la pandemia.

Marife, Amparo y Sergio dicen no haber encontrado la recepción que esperaban al plantear su situación ante sus planteles académicos. Circunstancia que se suma al deseo de cerrar de buena forma su paso por la universidad y además adecuarse al nuevo escenario económico de sus familias.

¿Cómo será el futuro para quienes vivan la misma situación? Juan Velasco, de la OIT, adelanta que “va a ser un gran desafío el cómo lograr que aumente la fuerza de trabajo, que se normalicen las condiciones laborales en el mercado, sobre todo cuando se regulen todos los sistemas de cuidado, vale decir, educación y salud. Ese es un problema que ha tenido un impacto general, pero en el que el componente de género, mujeres y jóvenes, ha sido impactado particularmente”.

 


 

Foto de Gift Habeshaw en Unsplash

Relacionados