“Hay comunidades de vizcachas cercanas a la mina, por eso le pusieron así”, relata. Agrega que él suele verlas en sus cabalgatas por los cerros. Allí, a 2 mil metros de altura, Vizcachitas busca desarrollar una operación con una vida útil de 45 años que le permita, en plena producción, extraer 110 mil toneladas de cobre diarias (además de molibdeno y plata). Para ello, necesitarán una enorme cantidad de agua. En los registros de la Dirección General de Aguas (DGA), la minera ya figura como propietaria de derechos de aprovechamiento por 250 litros por segundo en la zona.
Pese a que el proyecto Vizcachitas ha sido una constante preocupación para los putaendinos desde hace al menos 12 años, el 2016 Andes Copper hizo noticia a nivel nacional. La investigación de los Papeles de Panamá de CIPER reveló que el holding minero operaba en Chile a través de cinco sociedades offshore domiciliadas en el paraíso fiscal de Bahamas, todas ellas creadas por el polémico y hoy extinto bufete panameño de abogados Mossack Fonseca (ver aquí).
Andes Copper partió haciendo prospecciones en 1993 en Putaendo, pero fue en 2008 cuando ingresó a la entonces CONAMA un proyecto para realizar 200 sondajes de exploración minera, avaluado en 10 millones de dólares. Pero fue rechazado: “se han realizado intervenciones al cauce del Río Rocín”, cita el documento con el que el organismo ambiental calificó negativamente el proyecto (ver aquí).
El Rocín es uno de los principales caudales en lo alto de las montañas, que además es afluente del río Putaendo, principal fuente de agua para animales y cultivos del sector. La intervención de la minera sobre este río ha sido una de las principales preocupaciones de los vecinos de Putaendo, porque, pese al rechazo inicial de su proyecto, la compañía continuó ejecutando labores de exploración.