Tocaciones, sentadillas y hasta violaciones. Desde el 18/10 mujeres, hombres, minorías y adolescentes han sufrido torturas o apremios con violencia sexual por parte de agentes del Estado. Hasta el 15 de enero, 198 personas acusaban a carabineros. Vergara240 conversó con víctimas, representantes del Ministerio Público y del INDH. También con profesionales expertos en la protección de garantías fundamentales y con quienes han hecho de este tipo de atropellos una expresión artística.
Equipo Vergara 240
30 de Enero de 2020
En un tiempo más, espera, se llamará Ignacio Alejandro Cayumán Ojeda, pero hoy aún es Nataly (27). Llevaba meses inyectándose hormonas para adoptar el género masculino con que se identifica cuando fue detenido, junto a dos mujeres, en la intersección de Avenida Américo Vespucio con calle San Luis, en la comuna de Peñalolén. Era el 21 de octubre alrededor de las 18.00 horas.
Lo que vino después, y que lo tiene con crisis de pánico, fue una práctica que ha sido denunciada y recogida en distintos informes —nacionales e internacionales— sobre la violación a Derechos Humanos en Chile por uniformados desde el estallido de la crisis social el 18 de octubre de 2019.
Acusa que fue vulnerado sexualmente, amedrentado con una luma con la que funcionarios de carabineros de la 43° Comisaría de Peñalolén, en Lo Hermida, recorrieron su cuerpo con advertencias discriminatorias. “Como eres machita, allá arriba te vamos a hacer mujer”; “vas a saber lo que es bueno”, “y más encima es indígena”. Esas son algunas de las amenazas que recuerda.
—Yo estaba en shock, todo el rato pensaba aguantar y quedarme callada y hacer caso para que no me pasara nada.
Damiana Gutiérrez Liempi (23) sufrió un asedio similar: el 23 de octubre fue trasladada a la 20° Comisaría de Puente Alto, desnudada junto a un grupo de muchachas -varias de ellas adolescentes- y obligada a hacer sentadillas.
—Nos obligaron a desvestirnos. Yo me preguntaba ¿Por qué nos hacen hacer esto si no es parte del protocolo? Sabía que era ilegal, pero nos amenazaban con que si no lo hacíamos nos iban a pegar. Eran carabineras quienes hacían este procedimiento. Las menores de edad estaban asustadísimas, una dijo: si me van a meter el dedo, ando con la regla. A ellas les daba lo mismo, incluso era morboso su actuar. Me daba mucho asco esa situación, sentía que lo estaban haciendo porque les producía placer.
Para Damiana, “las sentadillas que nos obligaron a hacer fue tortura, no teníamos la opción de decir que no”.
Sus historias, relatadas a Vergara240, son parte del informe del 15 de enero del Instituto Nacional de Derecho Humanos (INDH) que registra 191 casos de acoso/violencia sexual en comisarías, de los que 179 corresponden a desnudamientos forzados. Por estos hechos, y otros ocurridos en vehículos policiales, se han interpuesto 158 querellas, 144 de las cuales afectan a uniformados. Comparativamente, son 9,3 veces más que en los últimos 9 años en que hubo un consolidado de 16 acciones judiciales por violencia sexual.
Las víctimas totales son 214: 75 hombres, 73 mujeres, 39 niños y 27 niñas. De ese universo, 198 acusan la participación de carabineros.
Existen 5 querellas por violación: 4 contra hombres y 1 contra una mujer. La más conocida es la presentada por el estudiante de medicina de la Universidad Católica Josué Maureira (21) que llevó a la formalización de seis carabineros de la 51° comisaría de Pedro Aguirre Cerda, dos de ellos por el delito de abuso sexual agravado.
Los casos se extienden a lo largo del país en los principales puntos donde se desarrollan manifestaciones masivas: las inmediaciones de Plaza Italia, Lo Hermida o Pudahuel. Se observa un factor clave: el socioeconómico. En Santiago, los sectores que concentran la intervención ante tribunales hasta el 30 de diciembre, son comunas periféricas del sector sur de la capital. La Comisaría de La Pintana (Baldomero Lillo 1901), es la que más episodios registra a nivel nacional, con 30 causas. Las siguen la 14° de San Bernardo (Avenida Colón 0713), con 15; y la 20ª de Puente Alto (Balmaceda 421), con 14. En esta última estuvo Damiana.
Los apremios han ocurrido pese a que el 4 de marzo de 2019 se modificaron los protocolos de Carabineros. Un punto central es que se estableció que «se prohíbe estrictamente desnudar a las personas sometidas al registro» y se especificó que el «registro de vestimentas se hará superficialmente, usando guantes de plástico desechables». En la normativa se prohíben las torturas, definidas en el mismo documento como «cualquier acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos, sexuales o psíquicos».
Vergara240 conversó con víctimas, representantes del Ministerio Público y del INDH, profesionales expertos en la protección de garantías fundamentales y con quienes han hecho de este tipo de atropellos una expresión artística para conocer qué hay detrás de las vulneraciones sexuales en la crisis. También se solicitó formalmente una versión de Carabineros de Chile, que declinó colaborar con este reportaje: “No nos referiremos a este tema, haciendo presente que para todas las denuncias serias se ha instruido investigación por parte de Carabineros, como también ha sido puesta toda la información a disposición del Ministerio Público, y que actualmente se encuentra en desarrollo”.
¿Cómo se explican las vulneraciones masivas? Beatriz Contreras, jefa jurídica de la sede Metropolitana del INDH, estima que “hay un problema de formación” en Carabineros respecto a los Derechos Humanos, pese a que llevan ocho años dictando un curso especial sobre el tema: “Esto, claramente por las cifras que tenemos, no ha sido efectivo. Me imagino que ellos como institución tendrán que replantearse la forma en que siguen haciendo la formación”.
Las situaciones más complejas, apunta, se han dado en comisarías periféricas que no estaban acostumbradas a ser controladas, como sí ocurre con las aledañas a Plaza Baquedano.
—En atención a la gravedad dijimos: «bueno hay que ahondar sobre todo en las comisarías donde no vamos nunca porque precisamente ahí puede que Carabineros está acostumbrado a realizar y llevar a cabo determinado tipo de conductas». Y como nadie los está mirando, nadie los fiscaliza, es probable que muchas de estas conductas sean efectivamente constitutivas de vulneraciones y ellos las tengan naturalizadas.
Contreras postula que hay patrones que se repiten: las violaciones que se investigan habrían ocurrido en vehículos policiales “con el uso de un elemento externo”. Respecto de los casos de violencia sexual en las comisarías apunta a que “es algo que a nosotros no nos había tocado ver con esa magnitud”.
Paula Peña trabaja en la Asociación de Abogadas Feministas (ABOFEM),- entidad que ha asesorado a víctimas-, y coincide con este criterio. Dice que el único precedente sobre los hechos que hoy se registran evoca a la dictadura.
—Jamás imaginé que en 2020 íbamos a tener que volver a pasar por esto, donde nuevamente se dan detenciones irregulares, gente que iba a contar sus relatos sobre abuso de poder por parte de las policías. Es un escenario totalmente nuevo.
Las conductas comunes hoy por parte de la policía son, afirman, atroces.
— A las mujeres las hacían desnudarse y con una linterna les observaban los genitales por si contenían algo. Incluso, muchos de los relatos que recogíamos contaban que había dos o tres personas que miraban y se reían de los procedimientos. Tenemos un caso de una niña de 14 y otra de 16 años que les obligaron a hacer sentadillas y una de ellas estaba con la menstruación. No puede ser más violento, vejatorio y terrible.
Según Lorena Fríes, exsubsecretaria de Derechos Humanos del gobierno de Michelle Bachelet, “hay un esquema patriarcal en Carabineros y cuando las mujeres toman un rol activo en movilizaciones, y se salen de un rol tradicional, son víctimas de ese tipo de abusos (…) De acuerdo a las estadísticas del INDH hay un ensañamiento hacia mujeres lesbianas y hombres gay. Pero en contexto de paz sin movilización las mujeres trans siempre han sido víctimas de violencia por parte de Carabineros».
Christian Toledo, fiscal jefe de Delitos Violentos de la Fiscalía Metropolitana Sur, precisa que “en el año 2019, antes del 18 de octubre, no habían registros de casos de esa naturaleza (tortura sexual)». Después de esa fecha hay dos casos en su jurisdicción. Consigna que respecto de los abusos se ha trabajado con asuntos internos de cada policía, “para recabar o descartar la veracidad de lo que se está denunciando. Ambas policías han mostrado el mayor apoyo para lograr esclarecer los hechos y entregar toda la información que ellos tengan a su disposición».
La magnitud de las denuncias sobre abusos adquirió ribetes artísticos: La canción creada por el colectivo interdisciplinario LasTesis “Un violador en tu camino” se convirtió viral en redes sociales, fue representado en distintas ciudades del mundo y congregó a más de 10 mil mujeres en los alrededores del Estadio Nacional en el evento de Las Tesis Senior. La vocera de este grupo, Marcela Betancourt, plantea que “uno de los pasos de esta performance expresa las sentadillas, acto que le hicieron hacer a muchas chicas que fueron detenidas en las protestas ciudadanas. Es una lógica muy patriarcal la violación a los derechos humanos hacia las mujeres que tengan una connotación sexual”.
EDICIÓN PERIODÍSTICA: Ivonne Toro – Sebastián Palma
PERIODISTAS: Simona Paranhos – Daniel Meza
PRODUCCIÓN WEB: Carolina Zúñiga – Fernando Morales
MULTIMEDIA: Valentina Tapia – Andrés Muñoz – Francisca Carriel
CRÉDITO FOTOGRAFÍA PRINCIPAL: Gonzalo Mendoza